Se ha dicho y se ha escrito que en España el Rey reina, pero no gobierna. Eso es así porque el Rey es el jefe del Estado, no el jefe del Gobierno. Pero el Rey tiene una serie de funciones constitucionales que están claramente fijadas en la Constitución Española, en concreto en su artículo 62.
Que la forma de Estado sea una Monarquía Parlamentaria no es una cuestión baladí. Se trata de una institución unificadora en sí misma en los inevitables contrastes sociales o regionales y es un régimen más moderado y más moderador que la República. Es particularmente útil en las materias de Estado: relaciones exteriores, diplomacia, defensa, ejército…y es una institución bien vista por los españoles, donde la cuestión de monarquía o república solo la suscitan algunos náufragos marginales de la ultraizquierda, aunque lo hagan desde el Consejo de Ministros. También resulta curioso ver como la izquierda apela a tal o cual medida que se ha tomado en un país europeo o americano, para hacer ver que esos países son más avanzados que España, y obvian que son monarquías Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Dinamarca, los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, que figuran entre las doce democracias más estables del mundo. Hoy en día la Monarquía en España es irreversible porque es moderna, popular, flexible y democrática. Y los que además hemos leído algo, la cuestión en España es más clara si se recuerda lo que fueron nuestras dos experiencias republicanas. Monarquía por favor.
Pero además de los componentes históricos o incluso sentimentales, hay una condición de subsistencia fundamental para la institución monárquica y esa condición es su eficacia. Y desde el Gobierno de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias, tanto monta, se le quiere hurtar esa eficacia. El hecho de que el Gobierno prohibiera al Rey, con excusas infames, asistir al acto de la tradicional entrega de despachos a la nueva promoción de jueces supone un menoscabo de las funciones y de la eficacia de Felipe VI. Por si esto fuera poco hace unas horas conocimos que Unidas Podemos, ese partido imputado y con origen en Irán y Venezuela, va a plantear una reforma legal en el Congreso para que al Rey le escriba el Gobierno los discursos. Se trata sin duda de secuestrar los actos del Rey y aplicar la censura previa, en una deriva cada vez más totalitaria. Desde el Partido Popular, con Pablo Casado a la cabeza, apoyamos y apoyaremos al Rey Felipe y a la Monarquía, porque es tanto como decir que así se apoya al Estado de Derecho y a la Constitución de la concordia que los españoles nos dimos en 1978. ¡Viva el Rey!
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