Creo que era Cicerón, o al menos a él se la atribuyen, el que pronunció aquélla frase celebérrima que decía que tropezar dos veces en la misma roca es una desgracia proverbial. Hay quien, en un exceso de optimismo, me podrá decir eso de que no es tan gran desgracia porque de los errores también podemos aprender y sacar conclusiones, y seguramente lleve algo de razón. Ya en el colmo del optimismo se sitúan aquéllos que sostienen que un error de cálculo puede acarrear cosas buenas. Por ejemplo, Colón descubrió América por un error de cálculo, aunque hay que reconocer que esto pasa las menos de las veces. Otra versión de la frase dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Es fácil comprobar cómo si un animal se ha quemado una vez con una plancha de hierro ardiendo, no se volverá a acercar a la plancha, ni siquiera cuando ésta esté fría. Pues bien, aquí en Castilla-La Mancha tenemos a un político, el señor García-Page, que no sólo tropieza dos veces con la misma piedra, sino que tropieza tres.
En este caso ya no es por error de cálculo, ni el hecho sirve para sacar consecuencias positivas, es sencillamente obcecación, demagogia e ineptitud. Una vez más, y van tres, el Tribunal Constitucional ha desestimado por unanimidad el recurso que presentó el PSOE, esta vez contra la reforma de la ley electoral de Castilla-La Mancha, que impulsó la presidenta Cospedal. En concreto, el Pleno del Constitucional ha desestimado el recurso que presentó el Grupo Parlamentario Socialista en el Senado. Los jueces del Alto Tribunal re chazan, como afirmaban los socialistas, que la reforma de Cospedal vaya contra el principio constitucional del pluralismo político y el sistema de representación proporcional. El PSOE también sostenía que la modificación electoral va contra el derecho a un acceso igualitario a las funciones y cargos públicos; la interdicción constitucional de la arbitrariedad; y la autonomía política de la Comunidad de Castilla-La Mancha. El Pleno reitera los argumentos utilizados en la sentencia con la que, el 4 de diciembre de 2014, desestimó el recurso que los demandantes presentaron por los mismos motivos contra la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha.Ya en diciembre de 2014, hace escasos dos meses, el Constitucional le dijo a García-Page que la Constitución no fija «pauta alguna, de modo directo y específico, sobre el número de integrantes» del Parlamento, algo que corresponde «a la Ley Orgánica que apruebe cada Estatuto o a las normas autonómicas que, en su caso, complementen o desarrollen tales previsiones estatutarias. La autonomía política de la Comunidad Autónoma y su capacidad de legislar no queda empañada, ni afectada siquiera, por la reducción del número de miembros de la Cámara Autonómica», consideraba entonces y considera ahora el fallo del Alto Tribunal. Esta sentencia ha sido muy bien acogida en nuestro partido porque respalda la decisión legítima y plenamente legal de hacer las importantes reformas legislativas que acometió la presidenta Cospedal. Quedan así avaladas tanto la reducción de diputados en Castilla-La Mancha, que se quedan ahora en 33 frente a los 49 actuales, y la distribución de esos escaños en las cinco provincias de la comunidad autónoma. Estoy convencido de que hay algunos que no aprenden de sus errores y que, aunque se han quemado tres veces con la plancha, si la vieran encendida una cuarta vez se arrojarían a ella sin pensárselo, solo por llamar la atención
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