Cuando escribo esto aún no conozco los datos del barómetro del CIS que salen hoy lunes. Se ha filtrado un avance del mismo, lo cual no es inusual si tenemos en cuenta que se filtran sumarios enteros y declaraciones en sede judicial, de causas bajo secreto de sumario. Dicho avance señala un ascenso de alternativas políticas bolivarianas en detrimento de partidos más moderados, dato que sin duda es un reflejo de la preocupación por la corrupción que existe en la calle. Está claro que el mensaje radical y para nada regenerador que abanderan los círculos bolivarianos en España, está calando en una sociedad cansada de la crisis y asqueada por la corrupción. Un mensaje que extiende la duda entre la sociedad. Extiende como un virus la peor de las infamias que es decir que el sistema es corrupto, que todos los que nos dedicamos a la política somos unos vividores y que ellos son la única salvación posible. Yo, que milito en el Partido Popular desde hace veinte años, puedo decir que siempre he podido llevar la cabeza bien alta. Y como yo, miles de compañeros que siempre se han comportado de forma honesta con el único afán de servir a sus ciudadanos.
Además, a diferencia de otros partidos que gobernaron España o que aún gobiernan en regiones como Andalucía, el Gobierno del Partido Popular ha reaccionado a la demanda social ante la oleada de nuevos escándalos de corrupción con el anuncio de medidas de refuerzo a la justicia, cuyos representantes reclamaron precisamente ayer una reforma y más medios para poder contribuir a la regeneración de la democracia. El Consejo de Ministros del pasado viernes aprobó la creación de 112 plazas de magistrado y 167 plazas de jueces de adscripción territorial, además de dos nuevos jueces destinados a la Audiencia Nacional. Mientras tanto en Andalucía se acosa a la juez Alaya para que no siga investigando la trama de los Eres y de los cursos de formación. Está claro que no somos iguales. Rajoy también anunció la puesta en marcha del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, el organismo encargado de velar por el cumplimiento de la Ley de Transparencia y manifestó que no adopta medidas «extraordinarias» de manera improvisada, sino que las que ha anunciado ya estaban previstas, pero que aún así el Gobierno va a seguir «haciendo propuestas y aprobando leyes» para tratar que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones. No hay que olvidar que este gobierno es el primero que ha aprobado una Ley de Transparencia. Y es que con este Gobierno del Partido Popular al fin se lucha de forma implacable contra la corrupción. Al fin se deja trabajar a jueces, fiscales, Udef, Uco, Banco de España, Frob e inspectores de Hacienda, todos al mismo tiempo y todos con el mismo objetivo, encontrar a los corruptos, a las manzanas podridas y apartarlas para que no puedan corromper más. No siempre ha sido así en España. No siempre el Gobierno ha estado tan dispuesto como ahora a colaborar con la justicia, por lo que de todos iguales, nada de nada. Yo estoy orgulloso de militar en este partido, que siempre ha puesto los intereses de España y de los españoles por encima de los suyos propios, y si entre nuestras filas hay corruptos se actúa contra ellos y se colabora con la justicia. Todos los españoles de bien estamos asqueados con las noticias sobre corrupción. De todos depende que se erradique, pero no sólo en el ámbito político.
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