El jueves 31 de octubre tuve la oportunidad de asistir una vez más a una magnífica conferencia pronunciada por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez. Y como la actualidad manda no faltaron las preguntas de rigor en torno al supuesto espionaje masivo realizado por Estados Unidos en Europa, cuestión que el presentador del conferenciante, el director del CNI Sanz Roldán, solventó confirmando su presencia en el Congreso para hablar del asunto, y de la que el JEMAD sólo dijo que estaba «completamente de acuerdo» con la preocupación ciudadana por el supuesto espionaje, y señaló que «la sociedad tiene que buscar herramientas que protejan el derecho a la intimidad». No obstante, el almirante general dejó claro que Estados Unidos es «un aliado» y que eso es algo que hay que «tener en cuenta». Y aunque la cuestión daría para mucho, me quiero centrar en el contenido de la intervención y no en las preguntas posteriores que lógicamente están influenciadas, como he señalado antes, por la más candente actualidad. El JEMAD expuso la situación geopolítica y geoestratégica del mundo y definió una serie de riesgos que no lo son sólo para España sino que son riesgos comunes con nuestros aliados. Son principalmente el riesgo nuclear, el riesgo de una enfermedad de carácter global y los riesgos asociados a conflictos religiosos, de terrorismo, y de crimen organizado. A su juicio, más importante que los riesgos, son los potenciadores de ese riesgo. Esos potenciadores son los desequilibrios demográficos, la pobreza, la mala gobernanza, la tecnología utilizada para uso criminal, los desajustes entre ideología y nacionalidad, y el cambio climático. Sobre estos asuntos es sobre los que se debe trabajar para minimizar los riesgos que nos afectan. Como son temas que no se pueden controlar considera que en estos casos la victoria consiste en “influir”. Se trata de influir a favor de los intereses nacionales. En este punto aportó una reflexión que comparto en el sentido de que se ha producido un desplazamiento desde la defensa a la seguridad. Ambos conceptos ya no se entienden el uno sin el otro y por ello es necesario que un país como España disponga de unas Fuerzas Armadas que respondan a los retos del momento y aporten seguridad y defensa al país y eso se tiene que hacer veinticuatro horas al día los siete días de la semana.
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