En determinadas circunstancias ustedes saben que el lenguaje corporal es tan expresivo, o más, que el lenguaje de las palabras. A veces sucede que cuando no se puede hablar porque otra persona está en el uso de la palabra, hay gente que se dedica a averiguar por los gestos y las posturas la influencia que las palabras del orador causan en el auditorio. Para un político es importante mantener la compostura en determinados momentos para no dar la sensación de haber sido sorprendido o aventajado por el rival y más cuando hay cámaras delante.
Cuentan que el célebre Talleyrand era hombre que conservaba la impasibilidad en todos los momentos de su vida. Quizá por eso ocupó puestos de responsabilidad durante el reinado de Luis XVI, durante la Revolución e incluso en la época imperial de Napoleón. Un superviviente, vamos. El mariscal Murat decía de él: “es un hombre del que si hablando con vos recibiese una patada en el culo, por la cara no os daríais cuenta”.
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