De entre todas las reformas llevadas a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy, sin duda una de las más prioritarias era la reforma del sistema financiero. Después de varios meses de aplicación de la misma, algunos organismos internacionales ya analizan los resultados que sobre la economía ha tenido dicha reforma. Así, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer la semana pasada su informe final sobre el proceso de reestructuración de la banca en España en el que destaca la «mejora radical» de las condiciones de financiación de España y considera que las autoridades españolas han «implementado de manera firme y categórica» el programa marcado, de manera que el sistema financiero se ha «fortalecido sustancialmente» y se han reducido las «amenazas que generaba al resto de la economía». Destaca la bajada de más del 75% de la prima de riesgo y la subida de más de un 50% de las acciones de la Bolsa. Además subraya que estos cambios han sido un «elemento contribuyente» a la mejora de la situación económica en Europa contribuyendo a ahuyentar definitivamente el fantasma de la intervención. El FMI señala que gracias a estas reformas «la economía real ha comenzado a expandirse», que «hay crecimiento» y que la tasa de desempleo «está cayendo». No obstante, hace hincapié en la necesidad de reactivar la financiación bancaria para garantizar la remontada económica e insta a las entidades bancarias a aumentar la fluidez del crédito a empresas y particulares. Además, recomienda a los bancos que refuercen su capital mediante la emisión de acciones y a limitar el reparto de dividendos para ofrecer financiación.
El FMI considera que una de las «principales prioridades» es aumentar el core capital aprovechando la coyuntura favorable de los mercados y «extender el límite de pago de dividendos en efectivo» a 2014, de manera que este no supere el 25% del beneficio neto atribuible. También recomienda «vender activos y ganar eficiencia». El organismo identifica algunos «riesgos» que deben corregirse. Indica que «el endeudamiento de los hogares está a la baja, aunque todavía se sitúa por encima de los niveles medios de otros países avanzados». En cuanto a los precios del mercado inmobiliario, detecta que comienzan a «estabilizarse» y destaca el interés de los inversores extranjeros por propiedades en España. El FMI constata que la Sareb está en pérdidas y que a pesar de vender más pisos de lo esperado, ha sido a un precio menor y «con márgenes más bajos», por lo que tiene el reto de recuperar rentabilidad y liquidez para atender al pago de bonos. Por otra parte, el FMI alaba «las reformas adicionales» del Gobierno para mejorar la velocidad y la eficiencia de los procedimientos de insolvencia y para promover la reestructuración de la deuda voluntaria. Este tipo de informes, lejos de generar autocomplacencia, son un acicate para seguir trabajando en esa línea de reformas que España necesita. Sin ir más lejos, el pasado martes en la sesión de control al Gobierno del Senado, el presidente Rajoy anunció “una continuidad en las reformas porque es lo que España necesita”. Lástima que el Partido Socialista, lejos de ayudar, se esté convirtiendo en un partido casi antisistema que pretende ganar en la calle lo que no es capaz de ganar en las urnas.
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