La semana que termina ha estado marcada por el agua. Por el agua de lluvia que generosamente ha regado nuestros campos tradicionalmente pardos, y que ha hecho que adopten un bonito y limpio color verde. También el agua fue noticia por la conmemoración del “Día Mundial del Agua”. Un día, que como todos los “días mundiales de algo…”, sirve para recordar que el agua es un bien escaso, que está mal repartido y que por ello un 11% de la población mundial sigue sin tener acceso al agua potable. Pero en Castilla-La Mancha la semana que termina el agua también ha sido protagonista. Y lo ha sido porque por fin se ha dado solución casi definitiva a un asunto que llevaba demasiado tiempo coleando y que los anteriores gobiernos del PSOE habían venido utilizando como arma de confrontación política. Digo que se ha dado solución casi definitiva porque la solución completa y total sólo se alcanzará cuando de nuevo exista un Plan Hidrológico Nacional. ¿Alguna vez será consciente Zapatero del daño que hizo a España derogando el Plan Hidrológico Nacional nada más llegar al Gobierno, sólo por intereses electorales? Una falta de altura de miras y de sentido de Estado sin precedentes en nuestro país y que hizo que se abortara el instrumento que habría solucionado esta cuestión.
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