Francisco García-Pavón cuenta en una de sus historias de Plinio, la divertida anécdota de ese diputado por Tomelloso de principios de siglo que, afincado en Madrid, conocía poco esta tierra manchega. Afirma que una delegación de notables del pueblo acudió a visitarlo y que éste les preguntó por sus intereses: -“¿qué queréis, hijos de Tomelloso?”- a lo que un guasón contestó: -“queremos que Tomelloso sea puerto de mar”-. -“concedío”-, fue la rápida respuesta de su señoría, ante el alborozo general. Por desgracia algo así parece que está pasando en esta nueva era de la política caracterizada por gobiernos de perdedores que, al encontrarse en manos de otros, no tienen más remedio que conceder todo lo que les piden. En Ciudad Real tenemos ejemplos casi tan graves como lo del puerto de mar. Al inicio de la legislatura Ganemos pidió controlar una empresa pública en liquidación que tanto el PSOE como Ganemos habían pedido su cierre en múltiples ocasiones. Parece que esa empresa quiere mover más de cinco millones de euros del presupuesto municipal. Pidieron presidir la empresa y Pilar Zamora dijo: “concedío”. Más tarde, en la tramitación de los presupuestos, pidieron eliminar las subvenciones a los toros y a la Hermandad de la Virgen del Prado, entre otras. La respuesta de Zamora: “concedío”. Y así en muchas más cosas que no sabemos porque nos niegan la información, pero que a la larga terminaremos sabiendo.
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