El pasado viernes el Consejo de Ministros autorizaba la celebración de una consulta popular en la vecina localidad de Miguelturra con la siguiente pregunta: ‘¿En qué quiere que se gaste la partida del presupuesto del Ayuntamiento denominada presupuestos participativos?’ Y se dan ocho opciones bastante variopintas de las que se deben marcar tres como máximo. También en materia de participación ciudadana Ciudad Real se está quedando atrás en relación con municipios vecinos y lo de Miguelturra es buena prueba de ello. La participación es uno de los dogmas de la izquierda y a nuestro equipo de Gobierno capitalino no se le cae de la boca. En el Ayuntamiento de Ciudad Real la bandera de la participación ciudadana sigue ondeando aunque bastante descolorida y ajada. Casi como las banderas de España que adornan algunos edificios públicos y mástiles de nuestros parques y jardines. En el caso de la bandera de España ya nos explicaron en un Pleno que era por falta de presupuesto, pero en el caso de la bandera simbólica de la participación, sí hay presupuesto. Pese a ello el gran mérito del equipo de Gobierno de Pilar Zamora en esta materia ha sido acabar con muchas de las asociaciones de vecinos constituidas en la capital. Hace unos meses la Junta de Gobierno aprobó la propuesta de subvenciones a Asociaciones de Vecinos y de los 10.000 euros con los que cuenta la partida, se repartió algo más de la mitad entre cinco asociaciones que concurrieron a la convocatoria. Si, solo cinco. Pero es que la semana pasada a alguna de ellas se les reclamó la devolución de la misma o de parte de ella por no haber justificado su destino. Es decir, porque posiblemente no han llevado a cabo la actividad para la que obtuvieron la subvención. Pero es que como su leit motiv era la participación, el primer presupuesto que elaboraron, el de 2016, contaba con una partida de 500.000 euros para presupuestos participativos de la que a día de hoy, año y medio después, no han gastado ni un euro. O sea, que las famosas asambleas vecinales han sido una especie de desahogo para los pocos vecinos que acudieron a exponer sus demandas, porque después el Consistorio no ha hecho ni una de las actuaciones a las que se comprometió en ese proceso participativo.
Y en estas estamos cuando los socios de Gobierno del PSOE, Ganemos, llevan al Pleno una moción para redactar a estas alturas un nuevo Reglamento de Participación. La verdad, si con los mimbres anteriores no han sido capaces de hacer el cesto, yo creo que a estas alturas de la legislatura, que se les ha pasado en blanco, ya hay necesidades más acuciantes que un Reglamento para una participación en la que, a la vista está, no creen. También la gran actuación transformadora de la ciudad, que se iba a llevar a cabo mediante la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (EDUSI), está obviando todo el proceso participativo que obligatoriamente conlleva. A día de hoy, año y medio después de presentarse, no se han constituido las mesas de participación. Por tanto lo de elaborar un nuevo reglamento parece una treta de PSOE y GANEMOS para desviar la atención de lo que de verdad importa a nuestros vecinos. Falta de limpieza, calles llenas de baches, contenedores no accesibles, desaparición de la escuela municipal de lenguas extranjeras, pérdida de calidad de la mayoría de las escuelas deportivas, el escaso apoyo al deporte local, la paralización de algunos departamentos del área de Urbanismo por la inacción del equipo de Gobierno…todo eso es más importante de solucionar. Este equipo de Gobierno de perdedores cada vez recuerda más a los representantes del despotismo ilustrado y su lema de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
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