En el transcurso de la sesión de control al Gobierno, celebrada durante el Pleno del Senado este martes, un senador de Izquierda Unida y secretario general del Partido Comunista de Andalucía para más señas, ha preguntado al Gobierno sobre si éste“se ha planteado revisar la legislación hipotecaria para suprimir el privilegio que se otorga a los obispos de la Iglesia Católica de actuar como fedatarios públicos para emitir certificaciones de dominio sobre bienes inmuebles para adueñarse de ellos mediante su inmatriculación en el Registro de la Propiedad”, en enunciado textual de la pregunta.Casualidad o no, esta pregunta fue registrada en el Senado el día 14 de abril, fecha en la que se conmemora la proclamación de la II República durante la cual el gobierno republicano-socialista promulgó una serie de decretos y leyes en contra de la Iglesia católica y que en muchos casos dieron lugar a episodios de persecución religiosa en diversos puntos de España. Pues bien, en los sucesivos turnos de réplica y contrarréplica protagonizados por el senador interpelante y por el ministro de Justicia enseguida quedó claro que, tras la enrevesada pregunta, lo único que había era el interés por parte del partido comunista de expropiar la Mezquita-Catedral de Córdoba a la Iglesia católica. Se trataría, en una remembranza del periodo desamortizador, de expropiar forzosamente la Mezquita-Catedral a la Iglesia de forma que pasara a ser del “pueblo”, en una especie de sueño chavista tan al gusto de estos comunistas de hoy en día.
La pregunta correcta que habría que hacerse es la siguiente: ¿por qué a Izquierda Unida o al Partido Comunista de Andalucía, tanto monta, le interesa ahora la Mezquita-Catedral de Córdoba? Todo parte cuando a principios de este año una llamada “Plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba” inició una petición a través de la plataforma social “Change.org” para que la Catedral de Córdoba pasase a ser de titularidad pública, en concreto de la Junta de Andalucía. El argumento utilizado por esta plataforma es falaz y alude a que en 2006 la Iglesia inmatriculó el inmueble en el Registro de la Propiedad, obviando que esa inscripción del dominio no afecta a la propiedad, que es previa. También alude a que al ser de la Iglesia y “borrarse las huellas islámicas del templo” peligraría el título de Patrimonio de la Humanidad concedido por la Unesco. Pues bien, en relación a la propiedad está acreditado desde el punto de vista histórico, jurídico y legal que el templo pertenece a la Iglesia católica desde 1236 ( S.XIII), superándose por tanto ampliamente los 30 años de posesión pacífica e ininterrumpida del bien que nuestro Código Civil establece en relación a los inmuebles. Espero que esto no me lo discutan. En cuanto a la declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco ésta ya ha explicado que no se dan las razones que harían posible reconsiderar esa declaración por parte de ese organismo internacional. Entonces si la actuación de la Iglesia es impecable jurídicamente, si el Gobierno ha explicado que no hay ningún tipo de privilegio a la hora inmatricular bienes en el Registro de la Propiedad y si la Mezquita puede ser visitada por todos los que lo deseen, católicos o no, cabe deducir que hay algún otro tipo de interés en este asunto. Paralelamente a esta ofensiva izquierdista, la Junta Islámica de España ha empezado a pedir con fuerza el culto compartido en la catedral. Estas peticiones empezaron en 2004 y han ido tomando fuerza en el mundo islámico que apoya esta causa y que intenta influir en la opinión pública de países islámicos, y también en España, a través de los medios de comunicación. Más recientemente, la web de referencia del Islam en España publicaba un artículo en el que abogan por el uso compartido de la Mezquita-Catedral y aluden a una pretendida “postura intransigente de los obispos que no permite la comprensión mutua”, en palabras textuales. Recomiendo vivamente y comparto las tesis del artículo del catedrático Serafín Fanjul en el que pone los puntos sobre las íes en este tema y dice que “reclamar el uso compartido-de momento-de la otrora mezquita no tiene otro objetivo sino enredar y caso de salirles bien la maniobra, alcanzar un triunfo simbólico sobre la comunidad católica de Córdoba (…)” y yo me atrevo a añadir, sobre la comunidad católica de España. No hay que hurgar mucho en internet para inferir que tras estos intentos expropiadores está la mano de la izquierda anticlerical de siempre, pero también de algunas organizaciones islámicas e incluso pueden confluir estas dos condiciones en la misma persona, ya que en la biografía que del secretario general del Partido Comunista de Andalucía se puede leer en la web del partido se destaca que es “miembro activo del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe”, sin explicar si dentro de esa “Causa Árabe” se incluye o no la reislamización de la Península. Pronto sabremos si la contestación del ministro de Justicia a la pregunta en cuestión ha sido suficiente para aclarar las dudas jurídicas al senador interpelante o si bien seguirán llevando iniciativas de esta índole al Parlamento para intentar tapar los verdaderos problemas que tiene Andalucía fruto de ese gobierno de coalición socialista-comunista.
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