En el transcurso de la larga sesión plenaria que ha celebrado el Senado de España esta semana conocimos las preguntas que el señor Mas quiere someter a consulta en Cataluña. La escultura de Cristóbal Colón que preside el Salón de Pasos Perdidos no se inmutó. A unos pasos del que aumentó los confines de la tierra descubriendo un continente, los Católicos Reyes de España, Isabel y Fernando, siguieron en el lienzo de Pradilla, que es la joya de la pinacoteca del Senado, recibiendo las llaves de Granada de manos del último de los nazaríes. Ni siquiera el caudillo almogávar Roger de Flor, que también tiene sitio en la colección de arte del senado, movió un músculo. Por su bravura hoy en día la Primera Bandera Paracaidista del Ejército Español lleva su nombre. Y ni Colón, ni Isabel, ni Roger se alteraron porque esa consulta es inconstitucional y no se va a celebrar. Quien sí pareció darle importancia al asunto fue el diario EL MUNDO que en su edición del viernes 13 publicaba en portada: “Jaque a España”. Cualquiera con unos mínimos conocimientos de ajedrez sabe que jaque significa una amenaza inmediata de capturar el rey. En el juego se debe proceder a eliminar inmediatamente esa amenaza y según me cuentan hay tres formas de eliminar esa amenaza de captura al rey. Capturando al atacante (que no se alarme el señor Mas), moviendo el rey a una casilla que no esté amenazada o bien interponiendo una pieza entre la pieza atacante y el rey. En el Partido Popular tenemos claro que esta es la opción para evitar ese hipotético jaque. Y la pieza que vamos a interponer entre el atacante y nuestro rey no es otra que la Constitución y las leyes.
Una Constitución que nació fruto del consenso y de la voluntad de reconciliación de unos políticos con mayúscula no entregados al aldeanismo y las pequeñeces que hoy predica Mas y demás compañeros mártires. Esa norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico proclama en su artículo 2 que “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Mención aparte merece el congreso del odio que se está celebrando estos días en Cataluña. Un “simposio” que ve España como “un proyecto común frustrado” que es justamente lo que les gustaría que fuera. Intentar hacer creer que hay una animadversión histórica de todos los españoles hacia Cataluña es una felonía además de una idiotez. A la mayoría de los españoles nos reconforta escuchar palabras como las que el mismo viernes pronunció en Toledo la secretaria general del Partido Popular diciendo textualmente: “No vamos a permitir que la irresponsabilidad, la incompetencia y la ceguera de algunos genere una ruptura dentro de Cataluña y un conflicto en toda España”. Por lo tanto España eludirá el jaque y lo más probable es que el sr. Mas reciba un jaque mate en las próximas elecciones.
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