Las pasadas elecciones ofrecen algunas lecciones. La importancia de los indecisos o de los que deciden su voto a última hora, en el último tramo de la campaña. El fracaso de los analistas y de las encuestas, que han fallado estrepitosamente. Recuerdo de pequeño cuando “el hombre del tiempo” hacía su predicción y raramente acertaba. O eso me parecía a mí. Con el tiempo, con la mejora de las técnicas y sobre todo con los satélites, las predicciones se han ido haciendo más fiables y si dicen que llueve, llueve. Con las encuestas electorales esta vez ha pasado lo contrario. Que decían que iban a llover votos a PODEMOS y esa lluvia no llegó. Pero hay una lección más importante que podemos sacar de estas elecciones. La lección de humildad que han supuesto para muchos. Empezando por quienes aseguraban, y siguen haciéndolo, que saben lo que quieren los electores, pasando por los que vendieron la leche antes de ordeñar la vaca. Les ha faltado humildad y se han encontrado con que los electores han dado la victoria a un hombre corriente. A Rajoy.
Porque Mariano Rajoy y el Partido Popular no sólo han resistido, sino que han crecido. Se han mejorado los resultados con respecto al pasado 20 de diciembre y se han obtenido casi 8.000.000 de votos. El PSOE se da por contento, pese al fracaso, con el hecho de que PODEMOS no les haya sobrepasado (el famoso “sorpasso”), mientras que los líderes de PODEMOS y de CIUDADANOS, Iglesias y Rivera respectivamente, no saben por dónde les ha entrado. Han recibido de los españoles un necesario baño de humildad. Uno aspiraba a ocupar el espacio del PSOE y el otro el del PP. Buscaban un bipartidismo de ellos dos y se han dado de bruces con la realidad sociológica de España. Que Ciudadanos haya perdido los tres diputados que tenía en Castilla-La Mancha, es muy sintomático de que el castillo de naipes que es este partido, ha empezado a desmoronarse. Porque los resultados en Castilla-La Mancha ponen las cosas en su sitio. Gobernar con PODEMOS le pasa factura a García-Page que es el presidente de la región que ha cosechado el peor resultado gobernando, lo que pone de manifiesto el fracaso de sus políticas. Frete a estos resultados del PSOE, el Partido Popular capitaneado por Cospedal, ha ganado 64.232 votos desde las elecciones de mayo de 2015, obteniendo un 43 por ciento de los votos en la región.El PP ha ganado en todas las provincias de Castilla-La Mancha y en todas las capitales de provincia, con el caso de Ciudad Real como digno de destacarse. El PP de la capital, con Rosa Romero como cabeza de lista al Congreso, ha obtenido más de 19.000 votos frente a los 8.000 de Pilar Zamora. 11.000 votos de diferencia y 26 puntos porcentuales que hacen que nos encontremos ante el mejor resultado del PP en una capital, solo por detrás de Ávila. Estos resultados, lejos de contentarnos, nos sirven de acicate para seguir trabajando, para seguir explicando a los vecinos el proyecto de ciudad que quiere el Partido Popular, y para conseguir que dentro de menos de tres años el Ayuntamiento de Ciudad Real vuelva a estar gobernado por el Partido Popular. El partido de la moderación, el partido de la gente normal.
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