El protocolo ha sido fuente de más de un quebradero de cabeza a los organizadores de ciertos eventos. Corrijo, el protocolo no da quebraderos de cabeza, lo que hace que un acto falle suele ser la ausencia de protocolo o los egos de los participantes que se lo quieren saltar en virtud de una pretendida autoridad. Algo así pasó esta semana pasada con el presidente de la Generalidad de Cataluña que preso de su delirio “nacional” pretendió ser más de lo que es. El señor Mas plantó a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la entrega de premios de la patronal catalana “Fomento del Trabajo”, celebrada en Barcelona. Fuentes de la Generalidad explicaron que al conocerse que Sáenz de Santamaría asistiría al acto en calidad de presidenta del Gobierno en funciones, debido al viaje de Mariano Rajoy a la Cumbre Iberoamericana de Panamá, Mas declinó su presencia porque, en tanto que presidente de la Generalidad, sólo participa en actos oficiales que presida o cierre él, salvo en el caso de que asista el Rey, el Príncipe de Asturias o el presidente del Gobierno. Un caso flagrante de intento de saltarse el protocolo y como no me dejan, no voy. Se perdió el discurso de la vicepresidenta del Gobierno que hizo un llamamiento a gobernar en un «marco permanente de lealtad institucional» y advirtió de que se es consciente del valor de la concordia y la convivencia cuando se corre «el riesgo» de perderlas. Asimismo, subrayó que el Gobierno «trabaja para todos» y es responsable de garantizar la recuperación de la economía, también la catalana, con reformas estructurales. «Debemos compartir responsabilidades, generando una lealtad institucional entre el Gobierno de España y el catalán», apuntó.
Pero mal empezamos si Mas se enfada por no cerrar él el acto. Se empieza así y se termina uno coronando Príncipe Soberano de Cataluña. Al tiempo. Me quedo con el editorial de La Razón cuando dice: “cuando desde las filas del separatismo catalán se lanzan acusaciones de intransigencia y falta de diálogo contra el Gobierno de la nación, la verdad palmaria es la que representa Mas, cerrado a cualquier consideración y a las más mínimas normas de protocolo». Porque está claro que no hay que llevar el protocolo hasta el extremo de ese duque de Moscovia que mandó clavar el sombrero a la cabeza de un embajador que no le hizo una reverencia cortés, pero el protocolo está para cumplirlo señor Mas. Cambiando de tercio decir que esta semana se inaugura la Cumbre Internacional del vino. Un evento que nace como respuesta al compromiso del Gobierno de la presidenta Cospedal de fomentar el valor y el prestigio del vino castellano manchego. En el marco de este propósito durante los días 24, 25 y 26 de octubre tendrán lugar una serie de eventos que impulsarán el posicionamiento del vino de Castilla-La Mancha en el ámbito nacional e internacional. La Conferencia Internacional del Vino, que se celebrará los días 24 y 25 de octubre, pretende servir de plataforma para exponer y fomentar la gran calidad del vino castellano-manchego y el compromiso de los productores de la región con la innovación y el desarrollo de su actividad. Se trata de un foro abierto, donde expertos internacionales y empresarios pueden compartir sus conocimientos sobre las últimas tendencias en la optimización de la actividad productiva y comercial. Una gran iniciativa en la que estoy seguro que no fallará el protocolo.
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