Hay discursos demagógicos y luego están los de García-Page. El pasado viernes tuve la oportunidad de asistir nada menos que a dos. Uno por la mañana y otro por la noche. Por la mañana se plantó en El Torno, pedanía de Porzuna, para inaugurar un colegio en pleno funcionamiento, íntegramente presupuestado y proyectado por el anterior Gobierno de Cospedal. Un centro educativo que, si finalmente se ha ejecutado, ha sido por la presión del alcalde Javier Colado y la comunidad educativa del anejo, ya que la primera orden que dio García-Page al acceder al cargo fue paralizar la obra. Allí no ahorró palabras para ensalzar lo bueno y lo social que es él y para criticar a la Presidenta Cospedal, con un regustillo de envidia al verla convertida en ministra, algo a lo que él ni siquiera sueña con llegar. Y dijo que en la anterior etapa se hicieron recortes. Obviando que si se produjeron lo que él llama recortes y que técnicamente son ajustes presupuestarios, fue ante el panorama que nos encontramos al llegar al Gobierno de la región tras décadas de poder absoluto del PSOE. Volvemos a las andadas. En Puertollano, durante la entrega de premios anual de un conocido grupo de comunicación, anunció próximas inversiones millonarias de empresas que van a crear cientos de puestos de trabajo en la localidad. ¿Les suena verdad? Por supuesto no hizo mención al nombre o razón social de ninguna de ellas. Arrancó el aplauso fácil, eso si, que es lo que pretendía. Si después esas empresas no se instalan o no contratan a nadie la culpa por supuesto será de Cospedal, que desde el ministerio de Defensa maniobra contra Puertollano y su comarca. Si fuera un chiste no tendría gracia, sin duda tuvo más chispa y fue mucho más gracioso el bueno de Agustín Durán con sus monólogos y su humor manchego y bonachón.
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