La semana pasada el Senado de España acogió la celebración de la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas. La función de cámara territorial que la Constitución asigna al Senado se manifestó así en toda su efectividad. Dicha Conferencia acabó con un acuerdo unánime que se materializa en que todas las autonomías comparten que el objetivo prioritario y esencial de todas las Administraciones Públicas es volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo, como garantía del Estado del Bienestar. En consecuencia, la Conferencia de Presidentes expresó su compromiso con la consolidación fiscal, imprescindible para recuperar la confianza en nuestra economía, así como el apostar por políticas que permitan aumentar la competitividad de la economía y asegurar la financiación de las políticas sociales y de los servicios públicos. El mero hecho de que el Gobierno y las Comunidades Autónomas alcanzaran un acuerdo por unanimidad para cumplir los objetivos de déficit ya es noticia reseñable y lanza un mensaje de unidad ante los socios europeos y los mercados.En representación de los presidentes del Partido Popular y en su condición de secretaria general, María Dolores de Cospedal afirmó que había sido una reunión muy “fructífera”, de la que salió un mensaje de “confianza” en el país y en su estructura política. Cospedal se refirió también al modelo de financiación, que dijo “no es bueno” y será necesario evaluar cómo influye en él la crisis, aunque no se requiere un cambio “inmediato”. A nadie se le escapa que la labor de la secretaria general en los días previos a este evento ha sido fundamental para lograr ese consenso tan demandado, esa “necesaria paz autonómica” que decía algún diario.
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