El pasado viernes se celebró en nuestra ciudad “la noche blanca”, que con marcado acento comercial y lúdico se impulsa cada año desde el Ayuntamiento. Una jornada por la que apostó decididamente el anterior equipo de Gobierno ya desde su primera edición. Ha sido un fin de semana cargado de actos y hoy seguimos de fiesta, celebrando el lunes de Pentecostés con la también tradicional romería de Nuestra Señora de Alarcos. En otros lugares del mundo cristiano aprovechan este día para realizar bautismos; quienes llevan a cabo ese sacramento deben portar prendas blancas, por eso en algunos lugares se conoce esta festividad con el nombre de «Día blanco». Al final, tradiciones comerciales laicas como la “noche blanca”, pueden llegar a tener nexos en común con festividades eminentemente religiosas como este “Día blanco” o de Pentecostés, al menos en cuanto al color de las prendas que predominan. Pero hoy los ciudadrealeños, de la capital o de Valverde, subimos al cerro de Alarcos para honrar a nuestra Virgen. A Santa María de Alarcos. Una Virgen que reina en el cerro que es vigía y centinela de los campos de La Mancha, cabe al Guadiana. Ese cerro célebre por una batalla que no fue favorable a las tropas cristianas, pero que quizá fue el pórtico de una victoria mayor, algunos años más tarde y unos kilómetros más al sur, en Las Navas de Tolosa. Y quién sabe si gracias a la derrota de 1195 y la posterior despoblación paulatina del lugar es por lo que existe hoy Ciudad Real, ya que Alfonso X decidió fundar Villa Real en 1255 en la vecina aldea del Pozo Seco de Don Gil, a pocos kilómetros de Alarcos. En cualquier caso lo que está claro es que Alarcos está en el origen de nuestra ciudad. Por eso no se entiende el poco interés que el actual Ayuntamiento manifiesta por el lugar. Un sitio al que se le podría sacar más partido desde el punto de vista cultural creando las condiciones para que fuera usado más veces en el año, y no solo durante la romería y con el festival de música antigua en julio en el interior de la ermita.
Pero es mucho más grave lo que sucedió el año pasado y que puede volver a suceder este año. En 2016 después de casi 30 años de campañas de excavación, no se excavó en Alarcos por parte de la Universidad. Y no se hizo porque la Junta de Comunidades, presidida por García Page, sacó tan tarde la convocatoria de subvención que fue imposible acceder a ella en los plazos necesarios para organizar la excavación. Eso implicó que todos los yacimientos-escuela de la Universidad de Castilla la Mancha, entre los que se encuentra Alarcos, estuvieron sin excavación y sin labores de formación docente, y no pudieron formar y acoger a los alumnos que querían formarse como arqueólogos. En algunos casos se pudieron hacer tareas de 8reconocimiento de materiales en laboratorio, pero se perdieron las prácticas de campo, fundamentales para su capacitación como arqueólogos. Lo más triste de todo fue que la señora Zamora permaneció callada ante este hecho vergonzoso que perjudicó a nuestra ciudad y a Alarcos. Parece que este año las cosas van un poco mejor y aunque la convocatoria ya ha salido, aún no se ha resuelto. El tiempo apremia y el Ayuntamiento debería mover ficha ante la administración regional.
Por el momento sigamos disfrutando de la romería y de la devoción a la Virgen de Alarcos. Por cierto, ante la polémica del cambio de nombres de calles impulsada por el PSOE y GANEMOS, quizá no estaría de más que el Ayuntamiento se planteara una calle “Virgen de Alarcos”, que en la actualidad no existe ni en Ciudad Real ni creo que en Valverde. Existe una calle Alarcos y una Ronda de Alarcos que se refieren al lugar, pero no a la Virgen de Alarcos. Y de paso igual que Alfonso X eximió de tributos a los que intentaron repoblar Alarcos tras la batalla, quizá el Ayuntamiento debería plantearse ayudar a los vecinos afectados en los costes que les supongan el cambio del nomenclátor por los caprichos de un Ayuntamiento que gasta sus esfuerzos en cuestiones que no le ha pedido nadie, más allá de sus socios radicales, y olvidan las cuestiones necesarias y fundamentales para los vecinos de esta “muy nombre y muy leal”.
(Aclaración: En relación al tema de la calle, he cometido un error involuntario porque en nuestra ciudad si existe una calle Santa María de Alarcos, en el barrio del Pilar. No Virgen de Alarcos, pero al tratarse de la misma advocación mariana no tendría sentido. En el periódico saldrá con este error involuntario. Disculpen el lapsus)
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