Soy un firme defensor de la famosa frase de Sir Winston Churchill en la que decía que «Una nación que intente prosperar a base de impuestos es como un hombre con los pies en un cubo tratando de levantarse tirando del asa». Se puede estar más o menos de acuerdo pero no es menos cierto que, a veces, las circunstancias sobrevenidas, léase grave crisis internacional con componentes internos, hacen que algunas subidas de los mismos sean inevitables. Esos componentes internos pueden ser, por ejemplo, que un gobierno saliente te diga que te deja un déficit del 6% cuando en realidad era del 9%. O que no te diga que tienes facturas en los cajones por casi 10.000 millones de euros sin pagar. Esto no es ficción, es lo que pasó en España cuando el Gobierno de Mariano Rajoy ganó las elecciones y lo que se encontró Cospedal en Castilla-La Mancha. Se trata de situaciones que hacen que un gobierno se tenga que replantear sus prioridades para evitar el colapso económico, financiero y social del país. Al PSOE no le pasó lo mismo. Tanto en Ciudad Real, como en Castilla-La Mancha, como en España, cuando han ocupado los despachos sin ganar las elecciones se han encontrado un país con unas cuentas saneadas, con las facturas pagadas y en la senda correcta desde el punto de vista económico y de generación de empleo. Cuando en 1995 el Partido Popular llegó al Gobierno municipal se encontró con que los proveedores no querían servir al Ayuntamiento porque no cobraban, con facturas sin reconocer y sin pagar por valor de cientos de millones de pesetas de la época, con una deuda desbocada y con una ciudad anclada en el pasado y sin futuro. Fue difícil darle la vuelta a la situación pero se hizo. En cambio el PSOE se encontró todo en regla. Las facturas pagadas y dinero en el banco. Ahora vemos como se están reproduciendo conductas que nos pueden llevar a la situación anterior. Como se gasta en obras innecesarias mientras se desatienden las importantes. Como se descuida el mantenimiento general de la ciudad porque los operarios de mantenimiento se dedican a trabajar en otras cuestiones más del gusto del PSOE y de GANEMOS. Trabajos que les encargan sus jefes por supuesto y que realizan con entrega y profesionalidad pero mientras, se denuncian deficiencias que tardan semanas en ser atendidas y eso cuando hay suerte. Hoy vemos como la principal receta de los socialistas es subir impuestos.
En España, los autónomos serán el principal blanco de la voracidad fiscal de la izquierda. Y después todos los demás. Los que tenemos un coche diésel, da igual que sea un utilitario normalito, a esos nos van a crujir. Se va a poner el diésel más caro y más difícil de conseguir que la sangre de unicornio y además pueden estar fomentando indirectamente la delincuencia, porque en algún municipio de nuestra provincia ya se han dedicado hace unos días a reventar depósitos de vehículos aparcados en la calle para robarles el combustible. Como en un escenario apocalíptico al estilo de “Mad Max”. Esto es lo que trae el PSOE, miseria. Miseria del pueblo para seguir pagando los caprichos de Pedro Sánchez y para que mientras tú no puedes sacar tu coche del garaje, él pueda ir a un concierto en avión oficial. O pueda ir en helicóptero desde La Moncloa hasta Torrejón para evitar atascos. Mala gente la que dice una cosa y practica la contraria. También en Ciudad Real se han negado a llevar a Pleno las propuesta de Ordenanzas Fiscales para que no podamos plantear opciones de bajar impuestos y tasas. Una verdadera vergüenza que los que tanto hablaban de transparencia y participación se estén comportando así y gobernando la ciudad como su cortijo. Y eso que no ganaron las elecciones, si las llegan a ganar…
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