¡Albricias!, habemus alcaldesa. El PSOE vuelve a gobernar Ciudad Real después de veinte años, sin haber ganado las elecciones y gracias al apoyo de Izquierda Unida. La Izquierda Unida de siempre disfrazada de Ganemos, blinda el bipartidismo ofreciendo al PSOE la posibilidad de gobernar desde la misma noche electoral. Todo lo demás: declaraciones, reuniones, asambleas…han sido paripés de cara a su electorado más escorado a la izquierda, pero lo cierto es que la pinza de izquierdas estaba pactada. Aun así, el PSOE ha tenido que aceptar un “trágala” en forma de requisitos para conseguir ese apoyo que ya tenían de facto. Y además los Ganemos, Podemos y demás, se han creído los reyes del mambo y se han puesto a pedir el cumplimiento de unos objetivos, que en Ciudad Real han sido votados por un escaso 15% del electorado. Recuerdo cómo antes de la crisis, cada verano salía un artista nuevo promocionado por las discográficas y que se oía hasta septiembre. Era flor de un día, pero durante el verano era el amo del cotarro. Cuando los contratabas, además de un generoso caché, tenías que aceptar lo que en el argot de la música se llama el rider (léase raider) técnico.
Se especifica en ese documento todo lo necesario para la preparación del espectáculo. Cuanto más nuevo y más malo era el artista (aunque bendecido por las listas de ventas), más excéntricas eran sus peticiones. En Ciudad Real, una cantante de medio pelo de la que ya nadie se acuerda, solicitó que en su camerino tenía que haber 25 toallas de color marfil crudo, 100% algodón y de rizo suave. Otro, solicitó 10 botellas de una marca de tequila que sólo se vende en México. Otro, de mucho más caché, solicitó un sillón de tres plazas en su camerino. Creo que intentaban pillarte en un renuncio, aun sabiendo que iban a cantar sí o sí. Pues a algo parecido hemos asistido estos días. Al capricho de unos perdedores que han estado pidiendo por su boquita lo que se les iba ocurriendo, a sabiendas que ellos tenían que cantar de todos modos y que la otra le iba a firmar lo que hiciera falta con tal de subirse juntos al escenario, en este caso a la alcaldía. ¿Y que le han pedido los artistas a Zamora? Pues le han pedido cosas como por ejemplo la remunicipalización de los servicios públicos. Esto es engañoso en sí mismo, porque todos los servicios públicos son municipales. Otra cosa es la forma de gestión elegida para la prestación de los mismos. Modelos de gestión recogidos en las leyes y aplicados tanto en Ciudad Real como en otros municipios gobernados por el PSOE e Izquierda Unida. Le han pedido alquileres asequibles, como si fuese competencia municipal marcar a los propietarios los precios que deben cobrar por el alquiler. Todo esto me parecería bien si lo hubiesen querido los ciudadrealeños, pero insisto, este programa lo han votado el 15% de los que fueron a votar y genera demasiadas incertidumbres, seguramente a propósito. En Castilla-La Mancha la situación no es mucho más halagüeña. El artista revelación del momento, en este caso PODEMOS, le ha pedido a García-Page un rescate ciudadano que cuesta 500 millones de euros, o sea más gasto público. Y además una reforma tributaria. O sea, menos ingresos públicos. La cuadratura del círculo. En ambos casos, en Ciudad Real y en Castilla-La Mancha, los artistas de moda han pedido medidas en favor de los afectados por no pagar las hipotecas. Nada que objetar, pero a la vista del rider que Zamora y García-Page se han visto obligados a firmar para gobernar a toda costa, los hipotecados realmente son ellos. Estaremos vigilantes para defender los intereses de los ciudadrealeños. De los que nos han votado y de los que no.
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