Si alguien hace la prueba de poner en la barra del buscador google las palabras “jueza escrache” aparecen más de novecientos mil resultados más o menos acordes con el tema. Uno de los primeros resultados de la búsqueda (al menos el viernes que es cuando hice la prueba), es un titular del diario “El País” que dice textualmente: “La justicia dice que el escrache es una forma de participación democrática”. Y hete aquí que por arte de birlibirloque convierten a una señora con una amplia trayectoria de servicios a ministros socialistas, en la encarnación de la justicia. Es la justicia la que ha hablado; la justicia rediviva en cuerpo mortal y socialista. Esto es como cuando Pilar Bardem encabezaba una manifestación y decían “la cultura se manifiesta” y yo me imaginaba a Cervantes, Gracián, Garcilaso, Quevedo y demás habitantes del parnaso literario encabezando la marcha con el puño en alto, junto a la señora Bardem y demás compañeros mártires.
Que el derecho es interpretable es una obviedad para los que lo hemos estudiado, pero como todos tenemos en la retina las imágenes de los congregados frente al domicilio particular de la vicepresidenta invito a todos los que están leyendo estas líneas a considerar si se trata de una forma de participación democrática como argumenta la señora Valldecabres o si por el contrario es una intromisión en el ámbito privado de una persona para coaccionarla y que tome una decisión favorable a las pretensiones de los acosadores. Me consta que muchos compañeros jueces, de los de verdad, se sienten abochornados por tamaña felonía de su compañera del cuarto turno. Me la imagino cuando el asunto llegó a su juzgado, ella que había estado a la diestra de Bibiana Aído, frotándose las manos y pensando “ahora es la mía”, y vaya si lo fue. La jueza que denunció en su día acoso a su jefa Aído porque pegaron unos carteles pro vida frente a su domicilio, ahora no ve delito en el acoso a Santamaría. Perfecta aplicación socialista de la ley del embudo. Pero no quiero perder ni un minuto más hablando de resentidos que creen que la justicia está para que ellos venguen sus pequeñas miserias. Allá cada cual con su conciencia, yo duermo tranquilo por las noches. Me quedo con lo que de verdad importa. Con las personas que día a día se esfuerzan en hacer grande a este país para que pronto recupere el espacio y la posición que tuvo en Europa y en el mundo y que casi ocho años de gobiernos de “resentidos, torpes y cobardes”, en palabras de Alfonso Ussía, nos hicieron perder.
Me quedo con actos como el de ayer, en el que el Ayuntamiento de Ciudad Real procedió a la reapertura del yacimiento de Alarcos después que la Junta de Comunidades haya cedido, acertadamente a mi juicio, su gestión al consistorio. Sin duda un nuevo elemento para dinamizar el turismo en la ciudad poniendo en valor la historia del emplazamiento en dónde se asientan los orígenes de nuestra ciudad. Porque sin ninguna duda somos deudos y herederos de esas primeras poblaciones que, de manera estable y continuada, ocuparon y edificaron viviendas en el cerro de Alarcos ya durante la Edad del Bronce.
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