El próximo 19 de noviembre será un día importante para Castilla-La Mancha. Los 19 de noviembre, en general, son días en los que históricamente se han producido grandes acontecimientos. Así, un 19 de noviembre de 1564 varios navíos españoles zarpan del puerto de Navidad, en México, al mando del español Miguel López de Legazpi con 380 hombres y con la misión de conquistar y colonizar el archipiélago filipino, a donde arribarán el 13 de febrero de 1565. Una vez allí toman posesión de los territorios hasta que algunos años más tarde conquistan Manila, en la isla de Luzón, y la erigirán como capital de ese bastión del imperio español de la época, hoy azotado por esa tragedia natural que duele también en nuestro país, porque seguimos sintiéndonos hermanos de los filipinos. Pasando al ámbito de la cultura, otro 19 de noviembre se inaugura oficialmente el Teatro Real de Madrid, de estilo neoclásico, que estará dedicado a la ópera. Unos años antes, pero también un 19 de noviembre, se abre al público el Museo Real de Pintura y Escultura, más tarde conocido como Museo del Prado, una de las mejores pinacotecas del mundo, dirigida por el pintor Vicente López. En el día de su inauguración se exponen, para ser admiradas, algo más de 300 obras.
Pues bien, este próximo martes 19 de noviembre muy cerca de ese Teatro Real y de ese Museo del Prado, en la madrileña Carrera de San Jerónimo sede del Congreso de los Diputados, se hablará de Castilla-La Mancha en un acto que quedará también para los anales. Ese día se debate en el Congreso la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. Reforma que está impulsada por el PP como parte de un compromiso con la austeridad y la eficacia demandado por los ciudadanos de la región. Dicha reforma estatutaria recoge como única modificación la disminución del número de parlamentarios de la horquilla actual de 47 a 53 diputados a un intervalo de 25 a 35 que se fijará posteriormente mediante reforma de la Ley Electoral regional. El PSOE regional, lejos de unirse a esta medida se opone a ella, igual que se opuso a la supresión del sueldo de los diputados regionales mientras defendía, hasta en los tribunales, unos vergonzosos privilegios para los ex altos cargos socialistas del anterior gobierno. Se trata sin duda de una medida ejemplar impulsada por la propia presidenta Cospedal y que goza del beneplácito de casi el 94% de los ciudadanos de Castilla-La Mancha según una reciente encuesta, que verían con buenos ojos una reducción de parlamentarios a la mitad. El Partido Socialista ha tenido la oportunidad de dejar de mirarse el ombligo, de aparcar por un momento sus luchas intestinas, y ponerse de una vez del lado de los ciudadanos. Con su actuación no es de extrañar que el PSOE se aleje cada vez más de los puestos de cabeza en los sondeos dándose la paradoja de que para pescar votos en los caladeros más extremos de la izquierda, radicaliza su mensaje sin ser capaz de atraer esos nuevos votos y perdiendo los de la izquierda moderada, que ve como este PSOE ya no les representa.
El próximo martes Castilla-La Mancha tiene su cita con la historia para ser, una vez más, un ejemplo a seguir con una medida que, no me cabe ninguna duda, será imitada por otras comunidades.
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