A pocos días para la celebración de los santos Ángeles Custodios, fiesta patronal de nuestra Policía Nacional, es buen momento para escribir de esta institución que vela por la seguridad de todos nosotros. Aunque desde hace siglos el Estado ha tenido fuerzas o unidades que han ejercido labores de policía, fue la necesidad de dotar a las ciudades españolas de una estructura de seguridad moderna, lo que determinó que en 1824, S.M. el Rey dictase la Real Cédula en la que se creaba la Policía General de Reino. En ese mismo año se dictan los Reglamentos de Policía tanto de Madrid como de las provincias colocando a estas últimas bajo las órdenes de Intendentes que respondían ante el Intendente General y dividiendo cada provincia en Subdelegaciones radicadas en las localidades o partidos importantes— 126 entonces— que constituyen el antecedente de la actual estructura en Comisarías Provinciales y Locales. Es de destacar que la Cédula de 1824 enuncia ya la función que hoy tiene la policía moderna: velar por el libre ejercicio de los derechos ciudadanos persiguiendo a aquellos que los vulneran y poniéndolos en manos de la Justicia «en el plazo de ocho días, lo más tarde», según cita el artículo XVI.
Después de muchos cambios que sería largo detallar, el Cuerpo Nacional de Policía llega a nuestros días con su estructura y denominación actual y es en la Constitución de 1978, donde se le consagran dos misiones básicas: proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la Seguridad Ciudadana. En todos estos años el Cuerpo Nacional de Policía se ha configurado como un cuerpo moderno y eficaz compuesto por profesionales abnegados y con algunas unidades especializadas que gozan de un merecido prestigio. Entre esas unidades especializadas cabe destacar el Grupo Especial de Operaciones (G.E.O.). Es la unidad de élite del Cuerpo Nacional de Policía que desde su creación en 1977 lucha contra el terrorismo y los grupos de delincuencia organizada. Sus integrantes se caracterizan por tener una especial preparación junto a una gran capacidad de resolución frente a situaciones especialmente críticas. Otra unidad de alta especialización y que ha rendido servicios brillantísimos al Estado es la de desactivación de explosivos (TEDAX). Y como policía moderna que es no podía faltar una Brigada de Investigación Tecnológica (B.I.T.) que es la unidad policial destinada a responder a los retos que plantean las nuevas formas de delincuencia tecnológica (pornografía infantil, estafas y fraudes por Internet, fraudes en el uso de las comunicaciones, ataques cibernéticos, piratería). Podría escribir de otras unidades especializadas como la Brigada Central de Estupefacientes (B.C.E.), encargada de combatir el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes. Todo esto sin menospreciar la importante labor de los agentes que a pie de calle se dedican día a día a garantizar la seguridad de nuestras ciudades y a los que podemos ver patrullando por nuestras calles y plazas y, llegado el caso, a identificar y detener “presuntos” delincuentes. Si alguien tiene curiosidad por conocer los rudimentos del sistema de identificación de personas les recomiendo que acudan al museo de la Policía de Ávila dónde se conserva un ejemplar del maletín antropométrico de Bertillón, el curioso personaje francés que en 1880 descubrió el sistema antropométrico de identificación personal, lo que le hizo famoso. Pero esa es otra historia que ahora no viene al caso ya que lo único que pretendía con este escrito es felicitar a todos los miembros del Cuerpo Nacional de Policía ante la próxima celebración de su patrón. Que los santos Ángeles Custodios les ayuden en su difícil cometido y los libre de todo mal.
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