Dentro de unos días se celebra la festividad de San Fernando, rey de España y gran militar. Durante su reinado fueron conquistadas y arrebatadas a los musulmanes, en el marco de la Reconquista, entre otras plazas, las ciudades de Córdoba, Sevilla, Jaén y Murcia, obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes, que, al finalizar el reinado de Fernando III el Santo en 1252, únicamente poseían en la Península Ibérica las actuales provincias de Huelva, Cádiz, Málaga, Granada y Almería. San Fernando, además, es el patrón del Cuerpo General de las Armas del Ejército de Tierra y especialmente del cuerpo de Ingenieros. Por este motivo es habitual que en los días previos a esta festividad se celebren distintos actos militares que tienen por objeto acercar a los civiles a la realidad de las Fuerzas Armadas. A la realidad de la institución más valorada por nuestra sociedad, según los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas, y que se enmarcan en la promoción y difusión de lo que se ha venido en llamar “cultura de defensa”, porque el ministro Morenés entiende, y con razón, que la seguridad y la defensa son asuntos que nos conciernen a todos, independientemente de que seamos civiles o militares.
Uno de los actos que más hacen identificarse a la población con sus Fuerzas Armadas son las Juras de Bandera para civiles. Este sábado 25 de mayo, a pocos días de la festividad de San Fernando, la Academia de Infantería de Toledo ha organizado una Jura de Bandera en un lugar emblemático para Toledo y para nuestras Fuerzas Armadas, en el Alcázar. Ese Alcázar toledano es la cuna de la Infantería española por haberse ubicado allí la primera academia del Arma. Bajo la fórmula: «¡Españoles! ¿Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?», un grupo de hombres y mujeres de todas las edades, entre los que me encontraba, quisimos libremente sentirnos más unidos a ese símbolo de todos que es la Bandera, cuyas particularidades se recogen en la Constitución Española, junto con el artículo que establece para todos los españoles el derecho y el deber de defender a España. Orgulloso y muy honrado de haber tenido la oportunidad de prestar juramento a la bandera en ese semillero de héroes que fue el Alcázar de Toledo desde el siglo XVI y aún desde antes y que no acogía una Jura de Bandera desde el año 1935. Como ya dejé escrito en una ocasión, por fortuna aún quedan reductos donde el honor, la lealtad, la disciplina y el amor a España son asignaturas obligatorias. Cuando el Batallón de Caballeros Alféreces Alumnos, encuadrados en las Compañías “Gran Capitán” y “Duque de Alba”, gritaron al unísono el viva España de rigor los presentes nos sentimos totalmente identificados con ellos y durante mucho tiempo resonaron en nuestra mente las últimas estrofas del himno de la Infantería Española: “…Y la Patria, al que su vida le entregó, en la frente dolorida le devuelve agradecida el beso que recibió
Miguel A. Rodríguez González
Senador designado por las Cortes de Castilla-La Mancha
Vocal de la Comisión de Defensa del Senado
Leave a Comment