Ante unas recientes declaraciones del Ministro de Educación, la izquierda política y mediática ha saltado como un resorte contra el ministro y por ende contra el gobierno del Partido Popular. La enormidad que ha dicho José Ignacio Wert es, más o menos, lo que sigue: Wert ha defendido que en un contexto en el que predomina de una forma «abrumadora» la coeducación o educación conjunta de chicos y chicas, «habría que examinar la educación diferenciada bajo el prisma de la libertad de elección de los padres y de la compatibilidad de ese modelo educativo con los valores constitucionales». Y ha afirmado también que no descarta un «cambio legislativo» que permita «evitar las dudas que puedan existir» respecto a este tipo de enseñanza, lo que abriría a estos centros la puerta al concierto educativo. Por lo anterior, la izquierda más radical se ha apresurado a defender “su” modelo educativo que por supuesto es más justo, democrático, tolerante e integrador que ninguno.
Creo que muchos de los males que ahora nos aquejan en el ámbito político, económico y moral se deben a los gobiernos del PSOE en su afán por organizar un modelo educativo a su imagen y semejanza. Un modelo educativo donde no prima ni la calidad ni la excelencia y sólo busca la unidad de pensamiento en los dogmas de la izquierda. El daño que leyes como la LOGSE han hecho a España es irreparable y ha posibilitado el debilitamiento de la escuela y del sistema educativo en general como transmisores de valores, por no hablar del mediocre rendimiento en la función de transmisión de conocimientos como acreditan las comparaciones internacionales. Porque la LOGSE es ideología pura y tiene un padre intelectual y uno político. El padre intelectual, reconocido, es Álvaro Marchesi. Marchesi es el prototipo de izquierdista, extremadamente moderado en las formas pero extremadamente radical en las ideas. Éste, basó la LOGSE en algunas ideas-fuerza: la enseñanza como camino hacia la igualdad total, forzosa y necesaria, asumida como dogma y como potestad del Estado antes que de la familia; la enseñanza como instrumento de progreso. Es decir, todo envuelto en modernidad pero tendente a una dirección ideológica clarísima propia de los regímenes totalitarios de izquierdas de más allá del telón de acero. Pero este Marchesi no deja de ser un técnico, un ideólogo. ¿Adivinan quién fue el ministro del PSOE que apadrinó y aplicó la ley? Pues sí…fue el ínclito Rubalcaba que entre otras cosas también fue ministro de Educación con González. El mismo Rubalcaba del Gal, del Faisán, del 11-M, de las escuchas…El Rubalcaba que pensaba que había que dirigir las mentes para crear ciudadanos progesistas y entregados a la causa para que cuando el Estado pidiera su tributo y nos enfrentaran en una especie de “Juegos del Hambre” ideológicos, a semejanza de lo que la autora Suzanne Collins describe, nadie osara cuestionar las decisiones del Estado y fuésemos a la arena contentos de haber sido elegidos.
Para que no haya dudas diré que mis hijos van a un colegio donde existe la coeducación entre niños y niñas y no me planteo cambiar porque creo en ese sistema. Pero no hay que tener miedo a la libertad. Que cada uno elija lo que crea mejor para sus hijos y que el Estado respete la decisión. Respeto y libertad Rubalcaba. ¿Conoces su significado?
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