Ya metidos en octubre lo normal es que estuviésemos oyendo hablar hace tiempo de los presupuestos. Los Presupuestos Generales del Estado y también los de la Junta de Comunidades. Cuando gobernaba Cospedal, por estas fechas ya hacía tiempo que los presupuestos habían iniciado su andadura legislativa, porque las cosas se hacían bien. Las cuentas públicas eran el tablero en el que se dirimían las batallas parlamentarias en Castilla-La Mancha y en España. La importancia que tiene para las Administraciones Públicas el cuantificar de la forma más aproximada posible la cantidad que van a ingresar durante el ejercicio, así como los gastos a los que van a tener que hacer frente, es de vital importancia. Hoy merced al bloqueo del PSOE en España, y al pacto anti PP con PODEMOS en Castilla-La Mancha, nos vemos sin presupuestos en ambas instancias. Aunque puede que esta situación interese al PSOE de García-Page. Sin presupuestos no te tienes que comprometer a hacer inversiones. No es necesario presupuestar ninguna cantidad para la Autovía Ciudad Real-Toledo. No es necesario que presupuestes la construcción de nuevos y necesarios centros de educación. Sin presupuestos no es posible, por ejemplo, bajar los impuestos.
El no tener presupuestos en vigor es la excusa perfecta para no bajar la carga impositiva. Se atribuye a Sir Winston Churchill la frase «Una nación que intente prosperar a base de impuestos es como un hombre con los pies en un cubo tratando de levantarse tirando del asa». Siendo en esencia una afirmación verdadera, no es menos cierto que, a veces, las circunstancias sobrevenidas o los compromisos adquiridos con organizaciones supranacionales, hacen que algunas subidas de los mismos sean inevitables. Por situación sobrevenida me refiero, por ejemplo, a que un gobierno saliente te diga que te deja un déficit del 6% cuando en realidad era del 9%. Esto no es ficción, es lo que pasó en España cuando el Gobierno de Mariano Rajoy ganó las elecciones en 2011. Se trata de situaciones que hacen que un gobierno se tenga que replantear sus prioridades para evitar el colapso económico, financiero y social del país. Ahora, varios años después, la situación es infinitamente mejor. La crisis se ha ido desvaneciendo y es posible bajar los impuestos. En nuestra región, en Castilla-La Mancha, la presidenta Cospedal ya inició la senda de las bajadas de impuestos en 2014 y 2015. Tendencia descendente truncada por el socialista García-Page que optó por subirlos nada más llegar, provocando que muchos ciudadanos vieran peligrar su estabilidad económica o que muchas pequeñas y medianas empresas hayan optado por trasladarse a otras comunidades vecinas con menor carga impositiva. En el ámbito local tres cuartos de lo mismo. El Gobierno municipal de PSOE y GANEMOS ha optado de nuevo por no hacer rebajas en los tributos municipales que soportamos los ciudadanos. Un proyecto de ordenanzas fiscales, que se empezarán a debatir en breve, que es una mera operación de maquillaje de unas tasas e impuestos que siguen siendo un freno al desarrollo de nuestra ciudad. Llevan dos años que ni siquiera adaptan las tasas al IPC negativo, con lo que de hecho las están subiendo. El Grupo Popular defenderá en el Pleno una bajada de tasas e impuestos que beneficien a todos los vecinos de Ciudad Real. Lo de beneficiar a unos si y a otros no es una “carmenada” que no podemos consentir
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