¿Pasará Pedro Sánchez a la historia como el peor presidente de España de todos los tiempos? Pasará. ¿Cuándo pasará? Eso no lo sabemos a ciencia cierta, pero quiero pensar que en cuanto convoque elecciones y los españoles podamos manifestarle nuestro cariño en las urnas.
Ya lo he escrito otras veces, lo de este tipo me parece algo patológico. Algo quizá sin diagnosticar todavía, pero patología hay. Esa forma de mentir a todos y sobre cualquier cosa, ese cesarismo, esa forma de usar las instituciones de todos a su antojo, esa forma de menospreciar y señalar a los medios de comunicación que él no considera afines. ¿De quién depende la Fiscalía? De Sánchez. ¿De quién depende la presidenta del Congreso? De Sánchez. ¿De quién dependen los “barones” socialistas, incluido García Page? De Sánchez. Y así todo.
Sánchez está gobernando España con una mezcla de soberbia e ignorancia de la que no puede salir nada bueno. Los que lo pagamos al final, los de siempre, los españoles que sabemos que las crisis con el PSOE en el poder son más crisis. En estos días estamos viendo cómo el combustible está alcanzando precios históricos y llenar el depósito cuesta casi 80 euros (entre 15 y 20 euros más que hace un año). Pero es que el gasóleo agrícola (bonificado) está cerca del euro por litro ya. Cualquier agricultor con el que hables se queja amargamente de esta cuestión. Les ha subido la luz, les ha subido el combustible, les ha subido la cuota de autónomos; si se trata de un joven que se ha incorporado al campo, la subvención por incorporación se paga con años de retraso (cuando se paga); a los ganaderos aparte de lo anterior les ha subido el pienso y les pagan menos por lo que producen. La crisis de Ucrania también nos afecta. España importa tres millones de toneladas de cereales al año para elaborar forrajes para el ganado. En los últimos seis meses nuestros ganaderos han visto incrementar los costes de producción un 30 por ciento. No pueden ampliar su explotación ganadera con más cabezas porque no le salen las cuentas. Tienen que renunciar a crecer y crear empleo a costa de mantener ellos solos la explotación, con la ayuda puntual de su mujer o de su padre septuagenario en el mejor de los casos y con el riesgo, como me decía alguno, de que llegue una inspección de trabajo y les meta un multazo. Y por si fuera poco en Castilla-La Mancha Page va a instaurar en breve un nuevo impuesto al agua. Más madera. “Este Gobierno nos lleva a la ruina” es la expresión más escuchada. Y cuando, desesperados irrumpen en un Pleno municipal, hay más detenidos que cuando los radicales catalanes casi queman la comisaría de Policía de Barcelona con los policías dentro. Todo un despropósito.
¿Cuánto va a tardar en subir la carne de cerdo y el vacuno? ¿No estará todo diseñado para que de verdad dejemos de comer carne como quiere Garzón pero porque no podamos pagarla? Solo espero que no suba el precio del pan. A los menos cultivados les recuerdo que ese fue el detonante de la toma de la Bastilla.
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