Con mi decisión de dar por terminada mi etapa política en el Ayuntamiento de Ciudad Real llega el momento de dar otro tipo de pasos a un lado que tienen que ver con la primera de las decisiones. No son decisiones trascendentales, puede que no importen demasiado, pero los finales son finales aunque sean felices. Por eso he querido, de común acuerdo con el director de La Tribuna de Ciudad Real, que éste sea el último artículo que publico en su diario en el espacio que he tenido reservado desde principios de 2012. Parece que fue ayer pero fue en febrero de 2012 cuando el entonces director del medio, Óscar Gálvez, me ofreció la posibilidad de escribir una colaboración quincenal en mi calidad de senador del reino de España; acepté y por ser senador decidí que el espacio se llamara “desde la Plaza de la Marina”, por ser la dirección en la que se ubica el palacio del Senado. Mis escritos empezaron a aparecer dos domingos al mes y tengo que decir que jamás, ni antes ni ahora, se entrometieron en la temática ni en el contenido. La única limitación fue de espacio por razones obvias. Pocos meses después, Óscar me ofreció la posibilidad de que la colaboración fuese semanal y yo acepté. Ha sido una etapa muy importante en mi vida y en la de nuestra ciudad, con cambios y sobresaltos políticos que he tratado de narrar desde mi óptica personal. Fruto de esta colaboración, a finales de 2014 publiqué un libro que se presentó en el museo López Villaseñor por parte de la alcaldesa Rosa Romero. El libro, que cuenta con un prólogo de la presidenta Cospedal, contenía cuarenta y cinco de esos artículos que previamente se habían publicado en La Tribuna y destiné la recaudación que se obtuvo por su venta al Banco de Alimentos de Ciudad Real, institución social que comandada por Segundo Alcázar está haciendo una labor fundamental en nuestra ciudad. Eran artículos que trataban sobre la situación política y económica del momento y puede que ahora, tras el paso del tiempo, hayan perdido frescura o actualidad y es que por desgracia en la política actual nada se mantiene fresco e invariable más de una jornada. En cualquier caso sirven como testigos de un tiempo y una época marcados por la crisis y la inestabilidad económica. Varios de los artículos versaban sobre cuestiones de Seguridad y Defensa por ser miembro en ese momento de la comisión de Defensa del Senado. Por ese motivo en el acto de presentación conté con la presencia de un buen número de militares amigos, entre ellos el general de división del Ejército de Tierra Pedro Díaz Osto, que nos ilustró con una magnífica presentación sobre cultura de defensa. Aunque el libro se pergeñó bajo la dirección de Óscar Gálvez, tras el verano de 2014 la dirección pasó a manos de Diego Murillo y en su calidad de director también tuvo sitio en la presentación del libro.
Poco tiempo después mi artículo pasó a publicarse los lunes, cambiando de día pero no de espíritu. Con las elecciones de 2015, en las que vuelvo a la política municipal, el artículo se sigue publicando, pero llega un momento en el que el director me comunica que deja de existir el espacio que había mantenido desde 2012 y “desde la plaza de la Marina” desaparece para dar paso a una página de opinión compartida con el resto de portavoces municipales que se llama “El consistorio opina”. Yo no sé si el consistorio opina o no, pero les puedo asegurar que me he seguido sentando a escribir cada sábado para que ustedes tuvieran mi artículo semanal. Creo que ha llegado el momento de hacer una pausa y de que sean otros los que opinen. Yo, a diferencia de Umbral, que necesitaba ver su nombre impreso cada día para cerciorarse de que seguía existiendo, sé que existo y cuento para mucha gente que me aprecia y me quiere. Seguiré escribiendo en mi blog y en el resto de medios sin someterme a una periodicidad. Quiero dar las gracias a Diego Murillo y muy especialmente a Óscar Gálvez por abrirme las puertas de su casa. Soy consciente de mis limitaciones y nunca he pretendido ser lo que no soy. Tengo un gran respeto por la profesión periodística y por la escritura y no quiero que alguien opine lo que el gran maestro del periodismo Julio Camba cuando le contó a Luis Calvo, director tantos años de ABC, su opinión sobre los escritores eventuales en la prensa escrita: “dejemos que se llamen escritores esos aficionados que acuden a los periódicos para quitarnos el sitio y desahogar sus vanidades” Pues que sepan que nunca he pretendido quitar el sitio a nadie y que la vanidad no se cuenta entre mis defectos. Gracias por todo.
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