Desde hace algunos días venimos observando cómo el equipo de Gobierno del PSOE se ha instalado en el victimismo para tapar sus carencias y sus incumplimientos. Tras dos años y medio tocando la lira ahora les entran las prisas, el arreón del vago, y reclaman a otros los que no son capaces de hacer ellos por falta de trabajo y de capacidad. Encargaron a sus diputados en Madrid, al ciudadrealeño Barreda quien durante sus años de presidente de la Junta no trajo ni un céntimo de inversión a su ciudad, que preguntaran al Gobierno qué pasa con el polígono SEPES. Y el Gobierno dijo que con la que está cayendo, mientras que no se constate una demanda real y efectiva de necesidad de ese suelo, no lo va a ejecutar. No es una renuncia definitiva. Ahí está el suelo comprado. Pero SEPES necesita saber que habrá compradores. Unos compradores que según Pilar Zamora pasan de veinte, que se lo han dicho a ella. Pero ella no se lo ha dicho a SEPES, parece ser. Ejemplos hay por toda la geografía provincial de polígonos terminados y vacíos a la espera de tiempos mejores. Para más INRI, SEPES que era una empresa rentable antes de caer en las manos de Magdalena Álvarez y después en las de Pepiño Blanco, entre 2008 y 2011, descendieron sus ventas en un 65%, pero curiosamente las inversiones aumentaron en un 53%. Inversiones ruinosas aprobadas con criterios políticos en vez de técnicos. Así no hay manera. No es de extrañar que ahora anden con pies de plomo después de haber dedicado más de cuatro años a evitar la quiebra heredada del PSOE de Zapatero. Porque no es verdad que en Ciudad Real no haya suelo industrial. Según los últimos datos disponibles quedan a disposición de las empresas casi 50.000 metros cuadrados de suelo industrial urbanizado y listo para que cualquier empresa que lo necesite se pueda instalar. El quid de la cuestión es si desde el Ayuntamiento se está haciendo lo posible por atraer empresas e inversiones. Si se está haciendo algo más que quejarse del Gobierno de Rajoy, que parece que se levanta todos los días pensando en cómo fastidiar a nuestra ciudad, según el PSOE municipal, claro. A la vista de lo que está pasando en Cataluña está claro que las empresas quieren habitar en lugares tranquilos. Es primordial una estabilidad económica y política. Es difícil que en Ciudad Real, con un Ayuntamiento gobernado en coalición por PSOE y PODEMOS (aquí bajo la marca blanca), haya empresas que quieran arriesgar su patrimonio. El invento del año pasado de subir brutalmente el IBI a las empresas de mayor valor y que más trabajo pueden crear tampoco ayuda. Hace falta estabilidad política y sobre todo un marco fiscal interesante para las grandes empresas, pero también para el pequeño comercio de nuestra ciudad. El pequeño comercio es más que la feria del stock y se echan en falta medidas de apoyo estructurales, a largo plazo.
Es curioso que si el Ayuntamiento ha detectado por fin que lo que de verdad necesita esta ciudad es suelo industrial y empresas, no dirija todos sus esfuerzos a conseguir ese objetivo. En el pasado Debate sobre el Estado de la Región el señor Page se acordó de Ciudad Real y anunció, por segunda vez, que nos había feriado con un “Centro Regional de Folclore”. A doña Pilar le pareció fenomenal. Rajoy nos tiene que traer las empresas y Page las jotas y las seguidillas. Aquí se me vino a la mente el chiste de los vascos que iban a setas y uno se encontró un rolex. Cuando se lo comunicó al amigo éste le reconvino que si íbamos a rolex o íbamos a setas. Pues eso, que este Ayuntamiento no sabe si va a rolex o va a setas.
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