Ya estamos demasiado acostumbrados a que la señora Gómez-Pimpollo, concejal de Educación y Deportes del Ayuntamiento de Ciudad Real, mienta para intentar tapar su desmesurada incompetencia. El día que explicaron en clase el concepto “asumir la responsabilidad” debió hacer novillos. Hay una vieja máxima castrense aplicable a los jefes que dice que la responsabilidad no se comparte, es de quien ostenta el mando. En este caso el mando, para desgracia de los amantes del deporte ciudadrealeño, lo ostenta la señora Gómez-Pimpollo por delegación de la señora Zamora, y por ello la responsabilidad es suya. Da un poco de vergüenza ajena que tras dos años de gobierno del PSOE los fallos e irregularidades de la obra de la piscina quieran enjaretárselos a otros que sí hicieron su trabajo en tiempo y forma. Vayamos por partes. Es cierto que el vaso de la piscina necesitaba una obra de mejora, por ello a mediados de 2014 se llevó al Pleno un expediente de modificación de crédito por concesión de crédito extraordinario por importe de 359.907 euros para acometer la obra. Debido a los trámites burocráticos complejos para una licitación de esta cuantía el entonces concejal de deportes, haciendo caso a informes técnicos que así lo aconsejaban, decidió posponer los trabajos hasta el final del verano, con el fin de que los usuarios no vieran afectado su derecho a usarla. En estas llegó 2015 y ya con el proyecto adjudicado hubo cambio de gobierno en la alcaldía de Ciudad Real y llegó la era Zamora y la era Gómez-Pimpollo al Patronato. En estos dos años que han pasado desde junio de 2015 a junio de 2017 no sabemos a qué se ha dedicado el equipo de Gobierno, pese a estar todos cobrando del Ayuntamiento una dedicación exclusiva.
Si tenían presupuesto y tenían proyecto ¿por qué no inician la obra, según ellos tan necesaria, hasta marzo de 2017? La obra empieza y empieza mal, con una denuncia en comisaría por parte de un empresario. Denuncia nunca aclarada por parte de Zamora. En una visita a la obra en marzo de 2017 Pilar Zamora se compromete públicamente (maldita hemeroteca), a que la piscina esté abierta a principios de la temporada de baño. La obra sigue su curso y en estas estamos cuando, en plena ola de calor, llega el momento de abrir las piscinas y resulta que la obra no está acabada. El lunes 19 de junio llevan a Junta de Gobierno el siguiente punto: Propuesta CONTRATACIÓN PARA AUTORIZACIÓN DE LA REDACCIÓN DEL PROYECTO DE MODIFICACIÓN DEL PROYECTO NUEVO VASO DE PISCINA EN EL POLIDEPORTIVO MUNICIPAL JUAN CARLOS I. El problema legal surge cuando nos damos cuenta que la obra de la que habla el punto se está ejecutando desde el día 13. Es decir, que antes de que se apruebe ya están haciendo la obra. No sé si estaríamos hablando de un presunto delito pero estamos valorando la posibilidad de interponer una denuncia para el juez lo aclare. Y aquí no acaba la cosa. Parece ser que pese a todo el trabajo previo, pese a todos los informes que se tenían, será necesario un nuevo modificado para la zona adyacente a la piscina. Si esto se confirma lo más probable es que la piscina no se abra en todo el verano con el consiguiente perjuicio a sus más de 30.000 usuarios, por no hablar de la pérdida de ingresos en el Patronato de Deportes por las tarifas dejadas de percibir. A esto se une el hecho de que el pliego de condiciones para la contratación de socorristas que la señora Gómez-Pimpollo quería sacar está paralizado por un tribunal, una prueba más del lío y el despropósito en el que está inmerso el Patronato de Deportes por la “anti-gestión” de la concejal delegada. Si les quedara un ápice de dignidad dimitirían tanto Pilar Zamora como Gómez-Pimpollo.
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