La política no es ajena al marketing. Marketing electoral como forma de vender un producto ante unos consumidores ávidos de que ese material le entre por los ojos. Las grandes políticas, la visión de Estado, las decisiones trascendentales que afectan a las futuras generaciones, sucumben ante el regate corto, ante el cortoplacismo y ante el lema más o menos ingenioso. ¿No tienes nada que ofrecer? Envuélvelo en un bonito lema que quede bien en los carteles y voilá! te lo quitan de las manos. Ayer Donald Trump se convirtió en el 45º presidente de los Estados Unidos y estableció como eje de su mandato el lema «América primero». En el discurso tras la jura de su cargo se comprometió a devolver el poder al «pueblo», para que los «olvidados» dejen de serlo, y aseguró que antepondrá los intereses del país en «todas las decisiones» que tome. «Nunca volveréis a ser ignorados. Juntos vamos a hacer que Estados Unidos vuelva a ser fuerte», enfatizó Trump. Un discurso que suena demasiado a los populismos que padecemos en España con Podemos y cualquiera de sus franquicias. Y también a populismos latinoamericanos como el de Venezuela. Se presiente una etapa llena de incertidumbres para EEUU, porque al final resulta que su único programa de gobierno es su lema. Ese “América primero” que deja tantas incógnitas por resolver. En cualquier caso le deseo muchos aciertos porque somos países amigos y aliados. Además aquí, en Ciudad Real, cada vez nos parecemos más a Estados Unidos. También se gobierna a golpe de lema y de improvisación. Aquí no es “Ciudad Real primero” porque la alcaldesa con mayúscula (ella misma se lo llama), pone los intereses de su partido por encima de los intereses de Ciudad Real. Aquí el lema elegido es “Aventúrate”.Un lema para una ciudad hasta hace unos años pujante, pero que está perdiendo las señas de identidad como capital desde que nos gobierna el pacto de perdedores de PSOE y GANEMOS. Ahora vemos como el presidente García-Page se lleva las inversiones y las empresas que quieren invertir en nuestra ciudad a localidades vecinas como Puertollano. Una ciudad abandonada a su suerte por los gobiernos socialistas que merece esas inversiones, pero no lo es menos que la capital también merece que se preocupen por ella.
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