Cada vez hay más personas en nuestro país que están hartas de la pretendida superioridad moral de la izquierda. Cada vez queda más en evidencia la doble vara de medir que aplican en muchas cuestiones. Ni en su vertiente social, ni en la económica, ni por supuesto en la moral, tienen nada que enseñar a una opción de centro-derecha moderna y reformista, que cuenta con el respaldo de millones de ciudadanos expresado en las urnas y que trabaja buscando el interés general. No el interés partidista. Resulta que ahora en muchas instituciones vuelve a gobernar la izquierda. La mayoría de las veces gracias a pactos con opciones de izquierda radical, como es el caso de Ciudad Real capital y de Castilla-La Mancha. De un tiempo a esta parte observo con preocupación como determinados movimientos sociales duermen el sueño de los justos. También asociaciones y colectivos, tremendamente reivindicativos cuando gobierna el PP, que callan ante desaires y menosprecios de la izquierda gobernante. En Ciudad Real, sin ir más lejos tenemos casos de asociaciones, no daré nombres, que en tiempos de gobiernos populares si no habían cobrado la subvención del año en curso en el primer trimestre, lo aireaban en prensa y merecíamos severos reproches, mientras que ahora que la han cobrado el 23 de diciembre, casi a año vencido, callan y otorgan. Sus motivos tendrán.
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