Comenzamos 2016 con las mismas incertidumbres con las que finalizó 2015. Tras los miles de whatsapp y mensajes navideños con buenos deseos para el Año Nuevo, volvemos a la realidad. Con un horizonte político poco halagüeño, en el que los dirigentes territoriales del PSOE dan por hecho que habrá que repetir las elecciones, dado que los socialistas no apoyarán bajo ningún concepto la reelección de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Según pudimos leer el sábado en algunos medios como EL PAÍS, los socialistas tampoco ven posible la investidura de su candidato, Pedro Sánchez, ya que no están dispuestos a aceptar plegarse a las condiciones impuestas para dialogar por parte de los partidos que quieren romper España. EL MUNDO desveló el sábado que, abocados a la convocatoria de nuevos comicios, desde alguna de las federaciones socialistas más potentes, incluida la de Andalucía, se baraja ya la posibilidad de sustituir a Pedro Sánchez por Susana Díaz como cabeza de lista. Parece que empezamos a ver con normalidad el hecho de que se tengan que volver a repetir las elecciones, cuando lo “normal” sería que gobernase el Partido Popular, que fue el partido más votado. Desde el Partido Popular me consta que se van a agotar todas las vías para dar estabilidad al sistema, e incluso se ha llegado a proponer un gran pacto de los partidos nacionales con PP, PSOE y Ciudadanos. Por desgracia en el actual PSOE prima el radicalismo y el odio hacia el PP. Sobra soberbia, falta generosidad y altura de miras. Mientras, los podemitas, afilando el cuchillo y tomando nota de cómo en Venezuela Maduro se cisca en la democracia y pretende boicotear el nuevo Parlamento salido de las urnas porque no lo “controla”. Desde luego que alguien en España vote a PODEMOS es para “hacérnoslo mirar” como país.
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