Hace unos meses leía con cierto regocijo que científicos suecos habían desarrollado una neurona artificial que imita el funcionamiento de las humanas, recibiendo estímulos químicos que luego se transforman en eléctricos. El descubrimiento abre enormes posibilidades a la ciencia e incluso pensé, iluso de mí, que podría ser de aplicación a la política. Lamentablemente el descubrimiento llega tarde a Castilla-La Mancha. Si hubiese llegado a tiempo nos habríamos ahorrado imágenes bochornosas como la del señor presidente de la Junta de Comunidades ante una pizarra en la que un niño escribía una consigna política contra Cospedal. Si, un niño, utilizado de manera obscena para mayor gloria del Sr. García-Page. Ya hay quien ha escrito que la fiscalía de menores debería actuar en este asunto. Sin haber arena, ni playa, esa imagen debería abochornar al que la ha ideado y al que se ha dejado fotografiar. Me recuerda a esas imágenes en blanco y negro o sepia de la escuela franquista, esa que se retrata magistralmente en obras como “el florido pensil” y en las que en las pizarras se escribían lemas sacados del libro de “Formación del Espíritu Nacional”. Cuarenta años después, García-Page, que no ha ganado las elecciones, se permite incitar al odio y adoctrinar a niños contra su antecesora en el cargo, María Dolores de Cospedal, igual que se hacía en la escuela del florido pensil contra los adversarios políticos. O faltan neuronas o sobra mala leche. O quizá es nostalgia de un tiempo de ordeno y mando en los que se gobernaba sin ganar elecciones porque ya se sabe que, para algunos de la izquierda, los demócratas tenemos que ser los demás, a ellos se les supone, como el valor en la mili pero demostrarlo, lo que se dice demostrarlo…
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