Si hoy lunes han comenzado el día escuchando sirenas, helicópteros y movimientos inusitados de los voluntarios de Protección Civil y Fuerzas de Seguridad, no se alarmen. Seguramente se trata del inicio del mayor simulacro de catástrofe química llevado a cabo hasta la fecha por parte de la Unidad Militar de Emergencias del Ejército Español. El ejercicio consiste en declarar una catástrofe que por sus consecuencias implica una declaración de situación de emergencia de interés nacional, cuya evolución deriva en otras emergencias de carácter tecnológico y medioambiental principalmente. Se produce una situación de crisis en una industria petroquímica, produciéndose una gran explosión que la divide en tres zonas: la parte central es la que se volatiliza, se genera un inmenso cráter que afecta a las otras dos y a parte de la ciudad de Daimiel, pero con consecuencias en buena parte de la provincia de Ciudad Real. Con este simulacro se pretende entrenar a los intervinientes «en la resolución de una gran catástrofe asociada a un riesgo químico que provoca grandes afectaciones a las personas, atención de heridos, necesidad de desplazamiento, acogida de personas damnificadas en albergues y contaminación del medio natural.
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