Recién iniciado 2015 me atrevo a decir que este año será un año muy quijotesco. Será muy quijotesco porque vamos a tener que seguir batiéndonos contra unos gigantes que se llaman crisis, desempleo y populismo. Pero estos gigantes ya cada vez lo son menos y estamos a punto de derrotarlos, después de haber entablado singular y desigual batalla contra ellos en los tres años pretéritos. Pero es que, además, durante 2015 se cumplirán 400 años de la publicación de la segunda parte de “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”, uno de los personajes más insignes de nuestra literatura. Toda España, pero especialmente Castilla-La Mancha, tienen una deuda eterna con esta obra. Consideramos que nuestra región tiene el deber de mantener el legado cervantino adaptado a la realidad actual de la región. Sin ninguna duda, Castilla La Mancha es la tierra del Quijote, y muy especialmente localidades como El Toboso, patria de Dulcinea, Ossa de Montiel, Consuegra, Sigüenza, Belmonte, Ruidera, Manzanares, Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Ciudad Real y tantas y tantas otras en las cinco provincias de Castilla-La Mancha. Todas las instituciones se van a volcar con esta celebración. El Consejo de Ministros, en su sesión de 3 de octubre de 2014, aprobó la creación de la Comisión Interadministrativa encargada del desarrollo y concreción de planes y programas de las actividades que se vayan a celebrar en el marco de este acontecimiento cultural. Dicha comisión tendrá su sede en Toledo. También en el Senado, a propuesta del grupo territorial de senadores de Castilla-La Mancha, se aprobó por unanimidad una moción de apoyo.
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