Para muchas personas el soniquete de los niños de San Ildefonso, que hoy mismo están cantando los números de la lotería, marca de alguna manera el inicio de las fiestas navideñas. Además este año han acertado de lleno con el anuncio. Después de un exitoso lustro con el calvo de la Lotería, y de un pequeño resbalón el año pasado con el parodiado «na, na, na, na. Na, na, naaaaa», este año han conseguido más y han dado un paso más allá: le han dado un toque humano. La agencia de publicidad Leo Burnett, creadora del anuncio de la Lotería de Navidad de este año, ha creado y contando una historia cercana para llegar a todo el mundo, transmitiendo el espíritu navideño de solidaridad y cariño por los demás. El boca a boca y las redes sociales han hecho de él un fenómeno viral en Internet. Por desgracia, hoy no le puede tocar la lotería a todo el mundo. Pero estas fechas que se aproximan son propicias para demostrar la generosidad y la solidaridad con los que peor lo están pasando. Me gustaría que esta columna hoy fuera de agradecimiento a los miles de voluntarios que dedican su tiempo a hacer más fácil la vida de los demás. Son muchas las asociaciones y colectivos que durante estos días han recogido comida o juguetes que para estas fiestas no quede ningún hogar sin comida y ningún niño sin juguetes.
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