Se atribuye a Sir Winston Churchill la frase «Una nación que intente prosperar a base de impuestos es como un hombre con los pies en un cubo tratando de levantarse tirando del asa». Siendo en esencia una afirmación verdadera, no es menos cierto que, a veces, las circunstancias sobrevenidas o los compromisos adquiridos con organizaciones supranacionales, léase Fondo Monetario Internacional, hacen que algunas subidas de los mismos sean inevitables. Por situación sobrevenida me refiero, por ejemplo, a que un gobierno saliente te diga que te deja un déficit del 6% cuando en realidad era del 9%. Esto no es ficción, es lo que pasó en España cuando el Gobierno de Mariano Rajoy ganó las elecciones. Se trata de situaciones que hacen que un gobierno se tenga que replantear sus prioridades para evitar el colapso económico, financiero y social del país. Ahora, tres años después, la situación es infinitamente mejor. La crisis se va desvaneciendo y es posible bajar los impuestos. El Gobierno de Rajoy, el de Cospedal y el de la mayoría de los gobiernos locales en los que gobierna el Partido Popular, bajarán sus impuestos para 2015 y yo, como ciudadano y como contribuyente, me alegro.
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