A pocos días para la celebración de los santos Ángeles Custodios, fiesta patronal de nuestra Policía Nacional, es buen momento para escribir de esta institución que vela por la seguridad de todos nosotros. Aunque desde hace siglos el Estado ha tenido fuerzas o unidades que han ejercido labores de policía, fue la necesidad de dotar a las ciudades españolas de una estructura de seguridad moderna, lo que determinó que en 1824, S.M. el Rey dictase la Real Cédula en la que se creaba la Policía General de Reino. En ese mismo año se dictan los Reglamentos de Policía tanto de Madrid como de las provincias colocando a estas últimas bajo las órdenes de Intendentes que respondían ante el Intendente General y dividiendo cada provincia en Subdelegaciones radicadas en las localidades o partidos importantes— 126 entonces— que constituyen el antecedente de la actual estructura en Comisarías Provinciales y Locales. Es de destacar que la Cédula de 1824 enuncia ya la función que hoy tiene la policía moderna: velar por el libre ejercicio de los derechos ciudadanos persiguiendo a aquellos que los vulneran y poniéndolos en manos de la Justicia «en el plazo de ocho días, lo más tarde», según cita el artículo XVI.
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