En las últimas semanas ha sido noticia la obra de rehabilitación de los Jardines del Prado que va a acometer el Ayuntamiento de Ciudad Real. Dichas obras forman parte de un proyecto global “de regeneración de este espacio tan emblemático de la ciudad, para construir un paisaje nuevo y con otra fisonomía para que tenga más uso y disfrute para los ciudadanos“, en palabras del portavoz del Equipo de Gobierno, Pedro Martín. Como ciudadrealeño sigo con interés los acontecimientos de mi ciudad en la que nada de lo que sucede me es ajeno, sino más bien al contrario. Así, en los últimos días he asistido a un cruce de declaraciones, artículos de opinión y notas de prensa en relación a esta remodelación de los Jardines del Prado de nuestra ciudad, ese jardín que en acertado verso de Lucrecio Pérez Blanco “Tiene la paz cogida por el cielo”. Respeto profundamente que haya personas, vecinos o no del Prado, a quienes no les guste el resultado final de la obra aún sin conocerlo. Argumentos como la mejora de la accesibilidad para discapacitados, el mantenimiento de zonas ajardinadas y la colocación de elementos de mobiliario urbano infantil que le darán vida a esta zona de la ciudad, parecen tener menos peso que el hecho, casi sacrílego para algunos, de la eliminación del albero. Por otro lado, es preocupante la facilidad que tienen las redes sociales para propagar este tipo de “causas justas” contra la pretendida voracidad destructora de nuestro ayuntamiento y así en la red social “Change.org” ya hay una petición para que estas obras no se ejecuten aludiendo a su alto coste, 400.000 euros dicen, cuando la realidad es que estas obras costarán 175.498,23 más IVA y que se trata de una partida finalista que no se puede destinar más que a obras.
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