Los sindicatos de clase vuelven a la carga y han anunciado una nueva huelga general para el próximo 14 de noviembre. Se trata de la primera vez en la historia que habrá dos huelgas generales en el mismo año y contra un gobierno que no lleva ni un año de mandato. No hace falta señalar lo pernicioso que es para la imagen, la credibilidad y la economía de un país un acontecimiento de estas características. Igual de pernicioso, al menos, que los irresponsables sindicatos de clase que a la hora de conservar sus privilegios no dudan en desestabilizar a España en una conducta desleal hacia el país y hacia los ciudadanos. Una huelga, otra más, que es un recurso decimonónico y obsoleto que no plantea ninguna solución a problemas del s. XXI en buena medida generados por esos propios sindicatos que, lejos de defender al trabajador, sólo defienden sus propias prebendas.
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