El viernes pasado se conmemoraba el Día Mundial del Alzheimer. Una enfermedad cruel que ataca principalmente a nuestros mayores, a aquéllos que han luchado y se han esforzado durante su vida para sacar adelante a su familia y a su tierra. Me gusta especialmente el lema que se eligió para la conmemoración: “Esfuerzo Compartido”. Es un lema que ilustra muy bien la forma de actuar ante esta enfermedad; es una lucha de todos: enfermos, familias, cuidadores, administración…
Pero me gusta, como digo, especialmente el lema porque sirve también para las actuales circunstancias que nos han tocado vivir. “Vivimos tiempos recios” como dejó escrito santa Teresa de Jesús refiriéndose a la situación por la que atravesaba la Iglesia, y esos tiempos recios hay que afrontarlos precisamente con esfuerzo compartido. La puesta en marcha hace un año del Plan de Garantías de los Servicios Sociales Básicos se trataba en esencia de eso, de un esfuerzo compartido. Ante una situación crítica de la región, una región endeudada y al borde del colapso, se nos pidió un esfuerzo conjunto y sostenido que algunos no han querido hacer. Los que gobernaron hasta antes de ayer y fueron los causantes últimos de la situación se pusieron enfrente, en vez de trabajar codo con codo en la salida de la crisis. Dicho plan actuó como un bloque de contención para evitar el colapso de los servicios sociales públicos en nuestra región tras décadas de despilfarro y de negligencia en la gestión y gracias a él Cospedal y su gobierno han generado la confianza necesaria para darle la vuelta a la situación.
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