En Castilla-La Mancha fruto de las condiciones climatológicas veraniegas y de la propia configuración del territorio, los incendios están a la orden del día. Se producían antes, ahora y por desgracia se seguirán produciendo en el futuro. Sucede que a veces los incendios no son por causas fortuitas, sino que se producen por la acción del hombre. Por descuido, por negligencia o directamente por afición o por cualquier otro motivo criminal y espurio. Aparece entonces la figura del pirómano.
A día de hoy el PSOE de Castilla-La Mancha se está comportando en este tema de una forma que coincide con la patología básica del pirómano. Coinciden en ese interés por el fuego que ha hecho que desde que avistaron la primera columna de humo no hayan hablado de otra cosa y hayan basado toda su oposición al partido del gobierno en criticar las medidas tomadas o las que se han dejado de tomar, según ellos, para la lucha eficaz contra el fuego. En este tema como en otros el principal partido de la oposición, el PSOE, vuelve a demostrar una capacidad para olvidar sus propias acciones que raya en la amnesia. Desde que el fuego abrasa a España el PSOE ha hecho lo que mejor sabe. En vez de ayudar ha criticado. En vez de tranquilizar a la población se ha dedicado a sembrar dudas, miedos y desconfianzas. En una actitud consustancial a las izquierdas se ha dedicado, también en este tema, a dividir a los españoles.
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