La semana que ha finalizado se cumplía un año desde la toma de posesión de los Ayuntamientos salidos de las elecciones de mayo de 2011. Ha sido un año complicado en el que se ha tenido que hacer más con menos para dar satisfacción a las legítimas necesidades de los vecinos. Es lógico pensar que el año ha sido mucho peor para aquéllos que no se aplicaron hace tiempo y no tomaron medidas de contención del gasto y de reducción de partidas. Este aniversario ha sido más amargo para aquéllos que en los momentos de expansión se endeudaron siguiendo la teoría de la cigarra, en vez de ahorrar siguiendo el ejemplo de la hormiga.
Al hilo de esto, quiero destacar la carta abierta que la alcaldesa de Ciudad Real publica en la prensa local y en la que hace una muy acertada reflexión sobre la necesidad de seguir trabajando en la línea de austeridad y contención del gasto iniciada por el consistorio hace ya algunos años y que está dando sus frutos, como demuestran las cifras oficiales de deuda que señalan que Ciudad Real es la capital de provincia con menos deuda viva de toda Castilla-La Mancha y menos incluso que Talavera y que Puertollano, llevando ya tres años consecutivos de reducción de esas cifras de deuda que lastran una economía. En esa carta, titulada “un año de esfuerzos para iniciar la senda de la recuperación”, se pone de manifiesto que la alcaldesa de Ciudad Real es una política sensata, con los pies en la tierra, que huye de grandes proyectos inviables en estos tiempos y que se centra en la dimensión social de la crisis, con un claro compromiso y apoyo hacia las políticas sociales. Es la carta de una líder con una legitimidad ganada en las urnas y refrendada en el día a día por el cariño de sus vecinos.
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