Hace unas semanas y a propósito del espectáculo que ofreció el PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha, escribí un artículo titulado “El show de sus señorías”. En él decía: “lo que allí se pudo ver fue un verdadero show consistente en algaradas, interrupciones, gritos y cartelitos, aumentando la intensidad del show cada vez que la presidenta de Castilla-La Mancha intentaba hacer uso de la palabra previamente concedida por el presidente de la Cámara”. Pues bien, el pasado jueves volvió a ocurrir lo mismo. Y el que haya vuelto a suceder me lleva a pensar que se trata de una estrategia premeditada para generar crispación en la calle en un juego irresponsable que dice muy poco del PSOE de Page. Porque, ¿el PSOE de las Cortes es el PSOE de Page? ¿O van por libres capitaneados por el vehemente diputado ciudadrealeño? Diputado que ha terminado expulsado del pleno, como los malos estudiantes.
Sea como fuere, deberían utilizar sus voces para explicar a todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha los despilfarros que cada día vamos conociendo. Como por ejemplo las naves que han aparecido llenas de regalos y objetos promocionales que más parecían el almacén donde se surten los Reyes Magos que el almacén de una administración pública. O para explicar por qué no han estado de acuerdo con la ley de autoridad del profesorado, una norma que concede a los docentes la condición de autoridad pública y les da presunción de veracidad. O para contar con qué criterios técnicos o científicos se elegían los libros que se publicaban con cargo al presupuesto regional, al dinero de todos, entre los que destaca un lujoso volumen cuya autoría corresponde a la señora de Barreda y en aquéllos momentos diputada nacional del PSOE, ya no.
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